Decenas de miles de polacos se habían manifestado en 2021 después de que una mujer de 30 años pereciera tras la muerte de su feto.
Su familia la calificó como la primera víctima de la prohibición de interrupción del embarazo, alegando que los médicos "adoptaron una actitud de espera" debido a las nuevas normas que limitan la posibilidad de un aborto legal.
El país a contaba con una de las leyes sobre el aborto más restrictivas de Europa cuando el tribunal constitucional se puso del lado del gobierno populista de derecha para dictaminar que las interrupciones por defectos fetales eran inconstitucionales.
El veredicto "ha tenido un impacto devastador en la vida de las mujeres y de todos aquellos que necesitan recurrir al aborto", dijeron los grupos de derechos humanos. "La sentencia ha aumentado las extremas barreras a las que se enfrentan las mujeres que quieren acceder al aborto y ha tenido trágicas consecuencias para muchas de ellas y sus familias", añadieron.
En la actualidad, el aborto está prohibido en Polonia, excepto en casos de violación e incesto, o cuando se considera que la vida o la salud de la madre están en peligro.