Francia y Alemania fueron los dos mediadores del conflicto entre Ucrania y los separatistas prorrusos apoyados por Moscú.
"Hay varios temas en el orden del día. Antes de nada habrá conversaciones sobre las garantías en materia de seguridad" exigidas por Rusia, dijo el portavoz del Kremlin, refiriéndose a la visita de Macron.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que también ofreció su mediación en la crisis ucraniana en una visita a Kiev, acusó el viernes a los países occidentales de "empeorar las cosas".
Erdogan criticó especialmente el papel del presidente estadounidense Joe Biden, afirmando que "ha sido incapaz hasta ahora de mostrar un enfoque positivo en este proceso".
"Rusia perdió esta partida"
Dirigiéndose también a Estados Unidos, el Kremlin pidió el viernes que no se dé crédito a acusaciones formuladas el jueves desde Washington, según las cuales Rusia estaría preparando un video de un ataque ficticio de parte de Ucrania para justificar una invasión.
"Les recomiendo que no crean a nadie en lo que respecta a estos temas, en particular al Departamento de Estado" norteamericano, dijo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, a la prensa.
Portavoces del Pentágono y del Departamento de Estado dijeron el jueves que tenían pruebas de que Rusia planeaba difundir videos falsos de un ataque de Ucrania para usarlos como pretexto para una invasión del país vecino. Pero no suministraron ningún documento que justificara estas afirmaciones.
Por su parte, las autoridades ucranianas se dijeron el viernes satisfechas por el apoyo occidental, que según ellas, permitió que la "estrategia de intimidación" de Moscú fracasara.
Esta semana, se han desplazado a Kiev dirigentes del Reino Unido, Polonia, Turquía y Países Bajos.
El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, aseguró que "Rusia perdió esta partida".
Este viernes, el gigante informático estadounidense YouTube cerró las cadenas usadas por los separatistas prorrusos del este de Ucrania, por "no respetar las reglas de la comunidad YouTube".
Rusia es acusada de haber instigado este conflicto desde 2014, después de su anexión de la península de Crimea, y se calcula que unas 13.000 personas han muerto en los enfrentamientos desde entonces.