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Joe Biden inicia su segundo año de gobierno con retos dentro y fuera de EU

El presidente deberá buscar un consenso con todos los demócratas para lograr que teman en su agenda como su plan de gasto social avancen, además de poner su atención en las tensiones en Ucrania.
vie 21 enero 2022 05:04 AM
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sonríe a la multitud después de que dio un discurso en Wilmington, Delaware el 7 de noviembre de 2020.
En política exterior, Biden ha fallado en demostrar que “Estados Unidos está de vuelta”, como afirmaba en su discurso inaugural.

Para Joe Biden, el presidente número 46 de Estados Unidos, lejos quedó la esperanza que representó su llegada al poder, justo hace un año. Con un discurso en el que llamaba a la unión de los estadounidenses, el demócrata buscaba dejar atrás los cuatro años de polarización de su antecesor, el republicano y multimillonario Donald Trump.

Doce meses después, las expectativas que generó Biden están lejos de haber sido cubiertas, Estados Unidos aún sufre los estragos de la pandemia de Covid-19, con unas directrices muchas veces confusas.

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Aunque la economía ha comenzado su recuperación, lo hace acompañada de la mayor inflación desde 1982, un golpe al bolsillo de los estadounidenses.

Un año de desafíos y de enormes avances, así define su primer año Joe Biden

En el exterior, a pesar de su regreso al Acuerdo de París, Biden ha fallado en demostrar que “Estados Unidos está de vuelta”, como afirmaba en su discurso inaugural. La tensión con China y con Rusia no se ha aliviado. Por el contrario, el presidente lidia con una crisis en Ucrania que amenaza en convertirse en una nueva guerra europea.

Y aunque mantiene una relación más estrecha con aliados tradicionales, como la Unión Europea y Canadá, los daños de la administración Trump aún se sienten. Sobre todo quedó patente con la salida de las tropas de la OTAN y Estados Unidos de Afganistán. Los aliados de la mayor economía mundial acusaron la falta de coordinación con las fuerzas armadas estadounidenses.

El bono de representar un giro radical a las propuestas del presidente Trump se ha agotado para el político demócrata, que deberá demostrar con hechos que es el líder que Estados Unidos necesita en uno de sus momentos de mayor crisis de representación.

“Había muchísimas expectativas, no solo por parte de los estadounidenses, sino del mundo entero, respeto a tener un cambio radical entre Trump y él. Joe Biden no iba a ser el superhéroe que iba a rescatar a los estadounidenses ni iba a cambiar completamente internacional, aunque sin duda era muy bueno no tener a Trump en la Casa Blanca”, comentó la doctora Aribel Contreras, profesora de la Universidad Iberoamericana, en entrevista con Expansión.

Con este balance, Joe Biden —de 79 años— tendrá frentes abiertos tanto en la política doméstica como en el exterior de Estados Unidos. Estos son algunos de los principales retos que se enfrentará el demócrata durante su segundo año en la Casa Blanca.

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El plan de gasto social y las elecciones intermedias

El poder de negociación con el legislativo que se esperaba de Biden —senador por 36 años— ha quedado entredicho en el primer año de su gobierno. Aunque logró la aprobación de su plan de infraestructura por 1.2 billones de dólares, aún no logra que su plan de gasto social llamado “Build Back Better” sea apoyado por la totalidad de su propio partido.

El mismo Biden admitió el miércoles que no podrá aprobar intacto su plan de gasto social de 1.75 billones de dólares, sino que tendrá que conformarse con porciones más pequeñas del mismo, entre las que citó una inversión contra la crisis climática.

Para ello deberá convencer al senador Joe Manchin, un demócrata moderado que se ha convertido en el talón de Aquiles de la mínima mayoría demócrata en el Senado.

Lo mismo le ocurrió con la protección del acceso al voto de los afroestadounidenses. Dos senadores demócratas se unieron al bando republicano en una votación crucial en el Senado, echando por tierra el proyecto de ley.

En su rueda de prensa, Joe Biden prometió salvar "gran parte" de su programa social y medioambiental y aseguró que no tiraría la toalla sobre la reforma electoral.

En el mismo sentido, lamentó que no se haya aprobado la propuesta de reforma migratoria que presentó hace un año, al subrayar que no hay "ni un solo voto de los republicanos" a favor de esa medida, al contrario que hace unos años.

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Rusia, China y ¿América Latina?

Joe Biden ha enfocado su política exterior en dos países: China y Rusia.

Aunque con un tono más moderado que su antecesor, el demócrata ha destacado la rivalidad estratégica que sostiene con el gigante asiático. “Si no despertamos, China habrá comido nuestro almuerzo”, dijo alguna vez el presidente.

Las investigaciones sobre el origen del Covid-19 fueron uno de los puntos que más tensión generaron entre ambos gobiernos. Después de que un análisis de la OMS dijera que era “altamente improbable” que el SARS CoV-2 haya escapado de un laboratorio, Biden ordenó a sus agencias de inteligencia un nuevo informe al respecto, ante la furia de Beijing, que calificó esto como un acto de propaganda en su contra.

La rivalidad con China incluso metió a Biden en problemas con Emmanuel Macron, el presidente de Francia, pues en septiembre se vieron involucrados en la llamada “crisis de los submarinos”.

Australia suspendió la compra de submarinos militares franceses por 66,000 millones de dólares, calificada por muchos como el “contrato del siglo”. En cambio, el gobierno australiano anunció el 15 de septiembre que dotaría de submarinos nucleares estadounidenses en un acuerdo trilateral en el que también contó con la participación de Reino Unido.

Biden dijo entonces que esta nueva alianza indo-pacífica estaba destinada a contrarrestar las crecientes ambiciones de China en la región.

Esto provocó una crisis diplomática entre París, Washington, Londres y Canberra que obligó a Biden a tener una reunión bilateral con Macron en el marco del G20, que se celebró en Roma a finales de octubre.

Con Rusia, la situación ha escalado hasta una situación que recuerda a los peores momentos de la Guerra Fría. A pesar de la reunión de Biden con su par ruso, Vladimir Putin, en Ginebra, Suiza en junio de 2021, las tensiones entre los dos viejos rivales se han incrementado.

El principal punto de la disputa es, de nuevo, Ucrania. Washington ha acusado a Moscú de concentrar tropas cerca de la frontera con Ucrania para intimidar al aspirante a entrar en la OTAN, sugiriendo que podría ser una repetición de lo que Moscú hizo en 2014, cuando arrebató la península de Crimea en el Mar Negro a Ucrania.

Para Moscú, el creciente acercamiento de la OTAN a una antigua república soviética vecina —y la posibilidad de que misiles de la alianza en Ucrania apunten contra Rusia— es una "línea roja" que no permitirá que se cruce.

Putin ha exigido garantías de seguridad jurídicamente vinculantes de que la OTAN no se expandirá más hacia el este ni colocará sus armas cerca del territorio ruso; Washington ha dicho repetidamente que ningún país puede vetar las esperanzas de Ucrania en la OTAN.

El miércoles, Biden dijo que Latinoamérica no es el patio trasero de su país, sino el delantero.

"Solíamos hablar cuando era un joven en la universidad del patio trasero de Estados Unidos pero no es el patio trasero, creo que al sur de la frontera con México es el patio delantero de Estados Unidos. Somos gente igual", dijo Biden en una rueda de prensa con motivo de su primer año en el poder.

Aseguró que Washington no dicta lo que ocurre en otras partes del continente: "El problema que tenemos son las grandes dificultades para compensar los errores que cometimos en los últimos cuatro años, y llevará algún tiempo", apuntó.

No obstante, Biden no respondió a la pregunta de un periodista sobre cuándo iba a visitar Latinoamérica.

Por otro lado arremetió contra su predecesor Donald Trump (2017-2021), sin mencionarlo por su nombre, por "el gran daño" que causó a la región por su política exterior y destacó que una de las medidas que adoptó su gobierno fue celebrar una cumbre, en diciembre, de las democracias, aunque a esa cita no fueron invitados algunos países de Centroamérica.

Agregó que está pasando mucho tiempo "hablando y tratando" en lo que se refiere a la política hacia el presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien calificó de "dictador".

Y apuntó que de la misma manera está dedicando tiempo a Chile y a Argentina, aunque matizó que "no son lo mismo" que Venezuela.

Con información de AFP y EFE

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