En tanto, de acuerdo con el cómputo de las papeletas legislativas al 80%, el PPSD sería la tercera fuerza del Congreso, con nueve curules, una menos que el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC, centroderecha), que compitió contra Figueres y Chaves con la exvicepresidenta Lineth Saborío.
Estos resultados preliminares de las elecciones del domingo en Costa Rica perfilan una Asamblea Legislativa fragmentada entre seis grupos, dejando un panorama complejo para el triunfador de la segunda ronda, quien tendrá que negociar con fuerzas opositoras.
De los 57 escaños legislativos, 19 quedarían en manos del centrista Partido Liberación Nacional (PLN), liderado por el exmandatario José María Figueres.
La compleja composición legislativa será determinante para proyectos que permitan a Costa Rica cumplir con un acuerdo pactado hace un año con el Fondo Monetario Internacional (FMI), como salvavidas para las finanzas públicas tras el golpe de la pandemia sobre la economía.
La fragmentación, producto de la profusión de candidatos presidenciales, 25, se puede complicar por posibles divisiones internas ante falta de liderazgos, como ha ocurrido en la última década, dijo a Reuters el analista político y exdiputado Constantino Urcuyo, catedrático de la Universidad de Costa Rica.