Aun así, el jefe de la diplomacia estadounidense subrayó que si hay algo que Estados Unidos pueda hacer para evitar "el peor escenario", como un ataque contra toda Ucrania, incluida su capital, Kiev, "siempre lo hará".
Por ello, afirmó que Estados Unidos sigue "abierto" a la diplomacia, pero primero, indicó, Rusia debe demostrar que es "serio, y en las últimas 24 horas ha mostrado justo lo contrario".
En opinión de Blinken, Rusia ni siquiera ha sido "seria" respecto a la reunión con Lavrov. "Dejamos claro que en el contexto de una invasión rusa, no seguiríamos adelante con esa reunión", recordó.
Blinken ha cancelado la reunión con su homólogo ruso después de que Rusia reconociera la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, y el envío de tropas rusas al Donbás.
Ante esta situación, Kuleba destacó que Ucrania tiene dos planes, uno que sería emplear todas las herramientas diplomáticas para disuadir a Rusia de una mayor escalada.
"Si eso falla, el plan B es luchar por cada pulgada de nuestra tierra, cada ciudad, cada pueblo", adelantó Kuleba.
El ministro ucraniano aseguró que "Rusia ha llevado al mundo al borde de la mayor catástrofe desde la Segunda Guerra Mundial" e hizo hincapié en el apoyo de su país a las sanciones a Moscú, como las anunciadas este martes por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
No obstante, remarcó que Ucrania sigue colaborando con Estados Unidos, la Unión Europa y la OTAN en los esfuerzos diplomáticos para rebajar la tensión.
En su reunión de este martes, Blinken y Kuleba conversaron sobre los "pasos para proteger a Ucrania", entre los que figura un programa "de préstamo y arrendamiento", similar al aplicado durante la II Guerra Mundial, para reforzar las defensa de Ucrania, dijo el titular de Exteriores ucraniano.
Kuleba se refería a la Ley estadounidense de Préstamo y Arrendamiento de 1941, empleada por última vez en la Segunda Guerra Mundial por Estados Unidos, que serviría para prestar equipamiento militar a Ucrania.