La empresa energética BP abrió un nuevo frente en la campaña de Occidente para aislar la economía de Rusia, con su decisión de abandonar el país rico en petróleo, la medida más agresiva hasta ahora de una empresa en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Los aliados occidentales han intensificado sus esfuerzos para castigar a Rusia con nuevas sanciones, que incluyen el cierre de su espacio aéreo a los aviones rusos, la exclusión de algunos de sus bancos de la red financiera SWIFT y la limitación de la capacidad de Moscú para desplegar sus reservas de divisas de 630,000 millones de dólares, medidas que se espera que pulvericen los mercados financieros y la economía del país.