El dinero incluye 200 millones de dólares aprobados durante el fin de semana y 800 millones en nuevos fondos de un paquete de ayuda aprobado la semana pasada por el Congreso.
Pero, como era de esperar, Biden no accedió a su petición de establecer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania porque para Washington conduciría a una confrontación directa con Rusia y, como dijo una vez Joe Biden, a una "Tercera Guerra Mundial".
El presidente estadounidense prometió que permitiría que el ejército ucraniano se dote de equipos más eficaces, ayudándole a conseguir sistemas de defensa antiaérea de "más largo alcance", como le pedía Kiev.
Gregory Meeks, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, aclaró en CNN que se trata de los "S-300", unos sistemas rusos de misiles tierra-aire, que podrían ser enviados a Ucrania por otros países miembros de la OTAN.
Ucrania también recibirá 800 sistemas de defensa antiaérea "Stinger", 9,000 sistemas antitanque, alrededor de 7,000 armas ligeras (rifles, armas automáticas, pistolas, etc.) y 20 millones de municiones.
Estados Unidos donará asimismo 100 drones, lo que, según el presidente estadounidense, "ilustra su compromiso de dotar a Ucrania de los sistemas más avanzados para su defensa".
Biden describió al presidente ruso Vladimir Putin como un "criminal de guerra" y un"autócrata" que, a través de Ucrania, ataca "la voluntad humana de ser libre" y aseguró que "Estados Unidos está con las fuerzas de la libertad".
El presidente ruso "inflige a Ucrania una destrucción atroz, ataca a edificios residenciales, a salas de maternidad, hospitales. Es espantoso", afirmó.
"Él es un criminal de guerra", dijo Biden en respuesta a la pregunta de una periodista durante un acto en la Casa Blanca.