Con 94% de los votos escrutados, el partido Fidesz de Orban alcanzó 53% de los votos frente a 35% de la coalición opositora, según la Oficina Electoral Nacional.
La participación fue elevada y se acercó a la movilización récord de las elecciones de 2018.
"Hemos obtenido una victoria excepcional, una victoria tan grande que probablemente pueda verse desde la Luna, y desde luego desde Bruselas", dijo Orban en un breve discurso tras la publicación de resultados oficiales parciales.
Vestido de negro y con el rostro serio, Orban votó con su esposa Aniko Levai temprano en la mañana en un escuela de los suburbios de Budapest, y prometió una "gran victoria". "Es una elección justa y equitativa", aseguró.
"Arruinaron el país"
Su rival, el jefe de la oposición, Peter Marki-Zay, de 49 años, reconoció la derrota la noche del domingo.
"No voy a ocultar mi tristeza y decepción", dijo a sus seguidores, tras acusar a Fidesz de hacer una campaña de "odio y mentiras".
Apodado MZP, votó junto a sus siete hijos tras haber asistido a misa en su ciudad de Hodmezovasarhely y denunció las "condiciones injustas e imposibles" tendientes a permitir que su rival "permanezca eternamente en el poder".
El político citó por ejemplo que apenas tuvo derecho a cinco minutos en la televisión pública, que como otros medio oficiales se ha plegado a Orban.
"El poder de la prensa progubernamental es demasiado importante, no pienso que ganaremos", dijo Flora Arpad, una estudiante de 19 años, que votaba por primera vez.