Acusado por la Comisión Europea de múltiples ataques al Estado de derecho, Orban ha silenciado durante tres mandatos consecutivos a la justicia y los medios, impulsando al mismo tiempo una visión ultraconservadora de la sociedad.
Por primera vez, más de 200 observadores internacionales vigilaron los comicios. Cada bando desplegó además muchos voluntarios.
Entre los seguidores de Fidesz,Zsuzsa Alanyi, una decoradora de 44 años madre de cuatro niños, destacó "las reducciones de impuestos" y las "ayudas" a las familias.
Al contrario, para Agnes Kunyik, de 56 años, Orban y su partido "arruinaron a nuestro país, lo destruyeron". "Queremos quedarnos en Europa, queremos un Estado democrático con dirigentes racionales", dijo a la AFP.
"La guerra cambió todo"
MZP recorrió en las últimas semanas la totalidad del territorio para escuchar a sus conciudadanos, tomarse selfis y firmar autógrafos, con la esperanza de derrotar la "propaganda" del gobierno.
Sobre todo que el conflicto en la vecina Ucrania cambió de manera brutal la situación.
"La guerra estalló y la guerra cambió todo", resumió Orban el viernes en su único mitin de campaña.
"Paz contra guerra", la ecuación es simple a su entender.
De un lado, un gobierno que se niega a entregar armas a Ucrania y votar sanciones que privarían a Hungría de los preciosos petróleo y gas rusos. Del otro, una oposición que sería belicosa.
Además de la elección de diputados, los húngaros están convocados a responder a cuatro preguntas vinculadas con la reciente ley anti-LGBT+, que prohíbe hablar a los menos de 18 años de "cambio de sexo y homosexualidad".