"Mientras no se nos reconozca como pueblo-nación mapuche, no se va a poder dialogar", sostiene Soto.
La Convención Constitucional que finalizó hace una semana la primera versión de la nueva Carta Magna de Chile, que debe ser sometida a plebiscito, define al país como un "Estado Plurinacional" y salda así una vieja deuda con los indígenas. Establece mayores autonomías y una justicia especial indígena.
"Es un golpe de Estado, porque nos recuerda al año 1973, cuando los militares (liderados por el exdictador Augusto Pinochet) salieron a la calle, y no salieron a repartir dulces, salieron a reprimir al pueblo", afirma de su lado Víctor Ancalaf, exvocero de la radical Coordinadora Arauco Malleco (CAM).
La CAM es uno de los grupos radicales mapuches más antiguos que operan en la zona. Inicialmente, reivindicaba acciones de sabotaje sin atacar a personas en su plan para hacer retroceder a las forestales de los terrenos que consideran suyos, pero su histórico líder, Héctor Llaitul, llamó recientemente "a preparar fuerzas y organizar la resistencia armada".
Pero también hay un sector importante de la población local que aplaude el retorno de los militares, en un despliegue centrado en el resguardo de carreteras.
"Acá se necesita mejor seguridad. Yo echaría (desplegaría) a los 'milicos' directamente. Ya han sido muchos años y no pasa nada", dice Raúl Jara, un camionero de 55 años, con 20 en la ruta.
La inseguridad y los constantes ataques a camiones y maquinaria forestal hacen imposible el paso por ciertas rutas y los conductores prefieren volver a sus hogares antes de que anochezca.