El primer alumno en ser identificado públicamente por su familia fue Xavier López, de diez años.
López y su madre habían estado juntos durante una ceremonia de entrega de premios en la escuela en la mañana del martes, justo unas horas antes de que se produjese el tiroteo.
Fue precisamente la madre del pequeño, Felicha Martínez, quien confirmó su muerte al diario Washington Post, y describió a su hijo como un niño divertido, que jamás estaba serio y cuya sonrisa nunca podrá olvidar.
Era un gran nadador, según recordó su prima Lisa Garza, de 54 años. "Era un niño cariñoso de 10 años que disfrutaba de la vida sin saber que esta tragedia iba a ocurrir hoy", dijo.
"Era muy alegre, le encantaba bailar con sus hermanos, con su madre. Esto nos ha afectado a todos".
También tenía 10 años Amerie Jo Garza, cuyo padre, Ángel Garza, había colgado un mensaje en Facebook el martes en las horas inmediatamente posteriores al tiroteo, en el que pedía ayuda para encontrar a su hija.
En la misma noche del martes, Garza actualizó su mensaje en la red social indicando que la pequeña "ya había sido encontrada" y estaba "volando con los ángeles en el cielo”.
Le dispararon mientras intentaba llamar a los servicios de emergencia, según declaró su abuela Berlinda Irene Arreola al diario digital estadounidense The Daily Beast. Amerie era "súper extrovertida" y "muy querida por los profesores", añadió.