La elección del senador y exguerrillero Gustavo Petro como primer presidente de izquierda de Colombia generó reacciones inmediatas de júbilo entre los mandatarios latinoamericanos que comparten su tendencia ideológica.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro aseguro que la elección del exguerrillo es el aviso de “nuevos tiempos” para Colombia, país donde viven más de dos millones de ciudadanos venezolanos.
El mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador, el gobernante chile Gabriel Boric y el presidente argentino Alberto Fernández también escribieron mensajes de felicitaciones para Petro y Francia Márquez, la futura vicepresidenta de Colombia.
La victoria de Petro puso a Colombia por primera vez en la órbita de la izquierda que transita cada tanto en América Latina.
Después de una década dorada para los gobiernos de izquierda en América Latina, entre 2005 y 2015, los países de la región giraron a la derecha. Por ejemplo, Uruguay, que había vivido 15 años de gobiernos de izquierda —encabezados por José Mújica y Tabaré Vásquez del Frente Amplío—, eligió al derechista Luis Lacalle como su presidente en las elecciones de 2019.
Algo parecido pasó en Ecuador. Tras el gobierno de Rafael Correa (2007-2017) y de Lenin Moreno —quien fue vicepresidente de Correa, aunque luego rompió todo lazo con él— los ecuatorianos eligieron al banquero Guillermo Lasso, del derechista Movimiento Creo en las elecciones presidenciales de 2021.
En Brasil, la situación fue más complicada. El país vivió años de turbulencia política después del proceso de destitución de Dilma Roussef en 2016. En su lugar, quedó como presidente interino el derechista Michel Temer. Sin embargo, el país fue incluso más a la derecha cuando eligió al excapitán del ejército Jair Bolsonaro como su presidente. Admirador del republicano Donald Trump, es ubicado en la extrema derecha.
Aunque evita decir si su agrupación política es de izquierda o derecha, para varios analista Nayib Bukele representó un retorno de la derecha, aunque no bajo las siglas del partido ARENA, la agrupación de derecha tradicional del país centroamericano.
También en Paraguay, Guatemala y República Dominicana también tiene gobiernos de derecha.
Panamá y Costa Rica, las dos naciones más prósperas de Centroamérica, tienen gobiernos de centroderecha.
El primero es gobernado desde el 1 de julio de 2019 por Laurentino Cortizo, quien logró el regreso al poder desde 2014 del Partido Revolucionario Democrático (PRD). Aunque la formación política se fundó como un partido de centroizquierda, ha gobernado más con preceptos de centro o de centroderecha.
En Costa Rica, el exministro de Hacienda Rodrigo Chaves ganó la presidencia en las elecciones de abril. EL partido se califica como centro, aunque tiene propuestas cercanas al neoliberalismo económico: bajar los impuestos, apoyo a los empresarios y reportes al gasto público.
Tanto Chaves como Cortizo se han mostrado en contra del aborto y del matrimonio igualitario, aunque en Costa Rica este ya fue legalizado.
En cuatro de las cinco elecciones presidenciales celebradas en los últimos 12 meses en América Latina, la izquierda ha salido triunfante.
Daniel Ortega fue elegido para un cuarto periodo al frente de Nicaragua, en un proceso lleno de irregularidades y en el que los candidatos de oposición con oportunidad de hacer sombra a Ortega fueron encarcelados meses antes de los comicios.
En Chile, el exlider estudiantil Gabriel Boric, derrotó en la segunda vuelta presidencial a José Antonio Kast, un admirador de la dictadura de Augusto Pinochet. Boric prometió una transformación del modelo económico chileno y dar respuesta a los reclamos del estallido social de 2019.
Honduras le dio la oportunidad a su primera mujer presidenta, Xiomara Castro, esposa del depuesto líder Manuel Zelaya.
La ultima victoria de la izquierda latinoamericana se dio este domingo en Colombia. A partir del 7 de agosto, este país se sumará a la ola de la izquierda latinoamericana.
