Estados Unidos e Israel firmaron el jueves un nuevo pacto de seguridad que refuerza un frente común contra Irán y el presidente Joe Biden se comprometió a usar "todo" el poderío de su país para impedir que Teherán se haga con el arma nuclear.
Biden firmó con el primer ministro israelí, Yair Lapid, una declaración conjunta de la Asociación Estratégica con Israel en Jerusalén durante su primera visita a Medio Oriente como presidente.
Biden también prometió que Estados Unidos "trabajará junto con nuestros otros socios para enfrentar la agresión y las actividades desestabilizadoras de Irán", incluido el uso de Irán de "organizaciones terroristas como Hezbolá, Hamás y la Yihad Islámica Palestina".
Israel considera que el programa nuclear iraní es su mayor amenaza, aunque Irán insiste en que es pacífico.
Estados Unidos e Israel han acusado durante mucho tiempo a Irán de terrorismo patrocinado por el Estado en el Medio Oriente y más allá. Irán proporciona financiación, entrenamiento y armas al poderoso movimiento Hezbolá del Líbano ya los grupos palestinos Hamas y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza.
El país islámico niega que patrocine el terrorismo y dice que las organizaciones que respalda son grupos de resistencia que luchan contra la agresión israelí y estadounidense.
Irán está envuelto en una crisis con Estados Unidos y otros países occidentales por su programa nuclear. Ha violado los límites impuestos en virtud de un acuerdo internacional de 2015 que comenzó a desmoronarse después de que el predecesor de Biden, Donald Trump, lo abandonara en 2018 y restableciera sanciones económicas paralizantes.
El presidente estadounidense sostendrá conversaciones con funcionarios palestinos el viernes antes de una controvertida visita a Arabia Saudita.
Teherán dice que su programa nuclear siempre ha sido completamente pacífico, pero las potencias occidentales y el organismo de control nuclear mundial dicen que no están convencidos.
Si bien Estados Unidos e Israel han dicho repetidamente que nunca permitirían que Irán obtenga armas nucleares, los dos aliados difieren en cómo lograrlo.
Biden quiere revivir el acuerdo de 2015 con términos más estrictos, aunque las conversaciones de meses para volver a encarrilar el acuerdo se han estancado. Israel quiere que el programa nuclear de Irán se detenga por completo y ha dicho que se reserva el derecho de usar la fuerza si es necesario.
En una entrevista con el Canal 12 de televisión de Israel el miércoles, Biden también dijo que Estados Unidos estaría preparado para usar la fuerza contra Irán "si ese fuera el último recurso".
El viaje del presidente ha rebosado de adjetivos sobre los lazos inquebrantables, férreos o profundos entre Israel y Estados Unidos . Pero, en realidad, algunos israelíes están nerviosos por el impacto de la política polarizada de Estados Unidos en su apoyo a largo plazo.
En la entrevista, se le preguntó a Biden sobre las voces en el Partido Demócrata que describen a Israel como un estado de apartheid y piden el fin de la ayuda militar estadounidense incondicional. Dijo que esos puntos de vista eran "pocos y equivocados", y agregó que no había posibilidad de que su partido se alejara de Israel.
El viernes, Biden sostendrá conversaciones con el presidente palestino Mahmoud Abbas en Belén, en la Cisjordania ocupada.
Los palestinos quieren que EU haga más para reiniciar las conversaciones de paz con Israel y reabrir el consulado de EU en Jerusalén, que sirvió como embajada de facto para los palestinos antes de que la administración Trump lo cerrara en 2019.
Sin embargo, no se espera que Lapid haga propuestas diplomáticas hacia los palestinos antes de las elecciones generales israelíes de noviembre, y la administración Biden ha dicho que aún no está lista para revertir el cierre del consulado estadounidense.
Sin embargo, el foco principal de la gira por Medio Oriente de Biden será su visita a Arabia Saudita, bajo el foco de atención debido a las tensiones con Estados Unidos por los derechos humanos.
Biden se ha enfrentado a críticas por su reunión prevista para el sábado con el líder de facto del reino, el príncipe heredero Mohammed Bin Salman, a quien las agencias de inteligencia estadounidenses acusaron de aprobar el asesinato del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi en Turquía en 2018 . El príncipe negó las acusaciones y los fiscales saudíes culparon a los agentes saudíes "deshonestos".
Cuando hizo campaña para la presidencia en 2019, Biden prometió convertir a Arabia Saudita en "el paria que es" por matar a Khashoggi, que vivía en Estados Unidos y escribía una columna para el Washington Post.
Ha defendido su visita, diciendo que su "objetivo era reorientar, pero no romper, las relaciones" con Riad .
Biden se convertirá en el primer presidente de EU en volar directamente a Arabia Saudita desde Israel, lo que se considera una señal pequeña pero significativa de la creciente aceptación de Israel por parte de Riad después de décadas de boicot en solidaridad con los palestinos.
