Esos compromisos se han visto aún más debilitados por la crisis económica provocada por la pandemia de covid-19 y por la guerra en Ucrania, que condujo en particular al relanzamiento de las centrales eléctricas de carbón.
En este contexto, para François Gemenne, integrante del IPCC, la decisión china supone "un desastre total para el clima", "comparable a la retirada estadounidense del acuerdo de París", que pretende llevar el calentamiento global muy por debajo de los +2 °C, si es posible a +1,5 °C.
La retirada de Estados Unidos del acuerdo de París, decidida por Donald Trump y revertida por Joe Biden, estuvo acompañada de un retroceso en la política climática interna y externa de Estados Unidos, señalan los expertos.
El anuncio de China "ciertamente no es un retiro de la escena internacional en temas climáticos o un rechazo a la acción climática", matizó David Waskow, del Instituto de Recursos Mundiales, en declaraciones a la AFP.
"Romper con la diplomacia no significa que China renuncie a sus compromisos", coincidió Mohamed Adow, del instituto de investigación Power Shift Africa.
"En muchos sentidos, China está por delante de Estados Unidos en su lucha contra el calentamiento global", dijo Adow a la AFP.
Biden se comprometió a reducir las emisiones de Estados Unidos en entre 50-52% para 2030 desde sus niveles de 2005 y a lograr la neutralidad de carbono para 2050.
Pero sus ambiciones se han visto frustradas por la negativa, hasta ahora, del Congreso a aprobar sus planes en esta materia, aunque algunos avances se han registrado recientemente.
China -primer emisor de gases de efecto invernadero en valor absoluto pero muy por detrás de Estados Unidos en términos de emisiones per-cápita prometió alcanzar su pico de emisiones en 2030 y la neutralidad de carbono en 2060.
Exista o no cooperación con Estados Unidos, China se verá "presionada por otros países -los de la UE, los países vulnerables- para que refuerce sus compromisos", pronosticó Alden Meyer.