Este gabinete interministerial "coordinará las medidas de seguridad civil necesarias", como el suministro de agua a los municipios o la entrega de agua potable, y vigilará las repercusiones de la sequía en las industrias más afectadas, como la agrícola y ganadera o el sector de la energía.
También se anunciaron restricciones, siempre que sea necesario para poder garantizar "los usos prioritarios" del agua, como la seguridad civil y el suministro de agua potable.
La ausencia de lluvias se encuentra agravada por las "olas de calor sucesivas" que sufre el país en los últimos meses, y han dejado muchos lugares con limitaciones del uso del agua para el riego o la limpieza de vehículos e incluso ha habido zonas que tienen que recibir agua en camiones cisterna.
El ministro de la Transición Ecológica, Christophe Béchu, alertó de que hay "un número de comunas por las que hay que preocuparse por el agua potable" y aseguró que se están coordinando "anticipadamente" con los departamentos para garantizar el acceso de agua.
"La unidad interministerial de crisis consiste en anticipar lo peor y esperar que no ocurra", resumió.
En zonas como los Pirineos Atlánticos (en la zona que cubre el País Vasco francés, fronterizo con España), la sequía ha dejado los ríos y acuíferos en su nivel más bajo.
La Prefectura (delegación del Gobierno) de la zona avisó de que, si no se tomaban medidas, podrían enfrentar "grandes dificultades" en el abastecimiento de agua potable a partir de septiembre.
No se han anunciado precipitaciones significativas que puedan aliviar la sequía, y esto podría hacer que la situación sea "aún más preocupante" como subrayó el comunicado.
Con información de la AFP.