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La sequía y el calor en España pueden provocar cortes masivos de agua

Este país, al igual que varios de sus vecinos europeos, han padecido temperaturas mucho más altas de lo normal, lo que ha afectado sus reservas de agua y el suministro hídrico.
lun 08 agosto 2022 06:48 PM
Esta foto de archivo tomada el 22 de julio de 2022 muestra la represa La Fernandina cerca de La Carolina, sureste de España.
En la península Ibérica se registró durante julio un número inusualmente elevado de días con temperaturas máximas superiores a los 35 ºC.

España y otros países de Europa están padeciendo temperaturas mucho más altas de lo normal, con efectos en sus reservas de agua el suministro hídrico y también en la actividad económica y social.

El pasado mes de julio fue uno de los tres más cálidos registrados, con cerca de 0.4 ºC por encima del periodo de referencia que abarca de 1991 a 2020, solo superado por el del mismo mes de 2019 y 2016, de acuerdo con un comunicado del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), implementado por el Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo (CEPMPM), en nombre de la Comisión Europea y con financiación de la Unión Europea.

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Se batieron récords de temperaturas máximas para un mes de julio y de todos los tiempos en relación a este valor.

En la península Ibérica se registró un número inusualmente elevado de días con temperaturas máximas superiores a los 35 ºC.

Además, proliferan los megaincendios, avivados por las altas temperaturas, como los que se registran en la comunidad autónoma de Galicia, en el norte del país.

Asfixiada por una sequía histórica, y bajo la creciente amenaza de la desertificación, España se cuestiona cómo debe administrar sus recursos hídricos, que hasta ahora dedica en su mayoría a regar las tierras agrícolas.

Esto es lo que sabemos sobre los posibles cortes de agua.

Las restricciones de agua en España

Ante la falta de precipitaciones, "debemos ser extremadamente cuidadosos y responsables en lugar de mirar para otro lado", advirtió recientemente la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, anticipando la llegada de "episodios de máxima tensión".

Como Francia o Italia, la península ibérica encadena olas de calor extremo este verano, tras un invierno muy seco. Las reservas de agua españolas cayeron al 40.4% de su capacidad a principios de agosto, 20 puntos por debajo de la media para esta época en los últimos diez años.

Para atacar el problema, el gobierno del socialista Pedro Sánchez adoptó un plan estratégico en julio que busca "adaptar el sistema de gestión existente a los impactos del cambio climático e incrementar la resiliencia del sistema", con medidas que promueven la "reutilización" y un uso "eficiente y racional" de los recursos.

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Zonas más afectadas

Las autoridades han tenido que tomar medidas de urgencia para limitar el consumo de agua, en regiones como Cataluña (noreste) o Andalucía (sur), donde el nivel de las reservas no supera el 25% en la cuenca del Guadalquivir, que riega toda la región.

"La situación ahora es absolutamente dramática", tanto para el "agua superficial" como para "los acuíferos", señala Rosario Jiménez, profesora de Hidrología en la Universidad de Jaén, en Andalucía. Una situación que es todavía más preocupante ya que deriva de un contexto general de cambio climático.

El calor y las restricciones podrían empeorar

En España, sin embargo, la falta de agua no es ninguna novedad. El país llegó a convertirse incluso en un modelo de adaptación ante las precipitaciones irregulares, gracias a sus transvases de agua entre cuencas hidrográficas y sus numerosos embalses, construidos para garantizar el abastecimiento de las ciudades y zonas agrícolas.

A lo largo del siglo XX, se construyeron 1,200 grandes presas, un récord europeo si se compara con la cantidad de habitantes. España pasó de 900,000 a 3,400,000 hectáreas de regadío, según destaca el Ministerio de Transición Ecológica en su página web, donde afirma que "el sistema de gobernanza del agua de España es un ejemplo de éxito”.

Pero para muchos expertos, esta estructura está mostrando ya sus límites. Los embalses "han servido", pero también "han favorecido la "sobreexplotación" del agua y un descenso de su calidad, al modificar el curso natural de los ríos y su regeneración, según Julio Barea, responsable de campaña para Greenpeace España.

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Para el Consejo científico de la cuenca Ródano-Mediterráneo, organismo francés que reúne a especialistas de hidrología, "el modelo español" solo se sustenta "en la medida en que los recursos de agua estén suficientemente disponibles" para permitir que se llenen los embalses.

Y ahora "parece que estos límites físicos están cerca", según estima en un informe. "Las evoluciones climáticas ya en curso, y que perdurarán en las próximas décadas, acentuarán el riesgo de problemas, cuya gravedad también podrá deberse a las pocas posibilidades de adaptación" del modelo actual.

Los especialistas consideran, sin embargo, que los avances siguen siendo tímidos, al tiempo que varias regiones continúan apostando por aumentar sus tierras de regadío. "Tenemos que reestructurar el sistema agrícola de nuestro país", pide Julio Barea.

Una visión que comparte Julia Martínez, que recuerda que "España es el país de Europa que más está presionando a sus recursos hídricos”.

"Hay decisiones ahora que nadie quiere afrontar. Pero no podemos seguir con esta huida hacia adelante", alerta.

Con información de AFP y EFE

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