Zonas más afectadas
Las autoridades han tenido que tomar medidas de urgencia para limitar el consumo de agua, en regiones como Cataluña (noreste) o Andalucía (sur), donde el nivel de las reservas no supera el 25% en la cuenca del Guadalquivir, que riega toda la región.
"La situación ahora es absolutamente dramática", tanto para el "agua superficial" como para "los acuíferos", señala Rosario Jiménez, profesora de Hidrología en la Universidad de Jaén, en Andalucía. Una situación que es todavía más preocupante ya que deriva de un contexto general de cambio climático.
El calor y las restricciones podrían empeorar
En España, sin embargo, la falta de agua no es ninguna novedad. El país llegó a convertirse incluso en un modelo de adaptación ante las precipitaciones irregulares, gracias a sus transvases de agua entre cuencas hidrográficas y sus numerosos embalses, construidos para garantizar el abastecimiento de las ciudades y zonas agrícolas.
A lo largo del siglo XX, se construyeron 1,200 grandes presas, un récord europeo si se compara con la cantidad de habitantes. España pasó de 900,000 a 3,400,000 hectáreas de regadío, según destaca el Ministerio de Transición Ecológica en su página web, donde afirma que "el sistema de gobernanza del agua de España es un ejemplo de éxito”.
Pero para muchos expertos, esta estructura está mostrando ya sus límites. Los embalses "han servido", pero también "han favorecido la "sobreexplotación" del agua y un descenso de su calidad, al modificar el curso natural de los ríos y su regeneración, según Julio Barea, responsable de campaña para Greenpeace España.