"Se quedó sin palabras, muy feliz, me preguntó si podía decírselo a su mujer, le dije que sí. Estaba increíblemente contento".
Su padre, Sune Bergström, ya recibió el Nobel de Medicina en 1982 por sus hallazgos sobre las hormonas. Svante Pääbo lleva el apellido de su madre, la química estonia Karin Pääbo.
El premio se acompaña de una recompensa de 10 millones de coronas (unos 900,000 dólares).
Al Nobel de Medicina, le seguirán el de Física el martes, Química el miércoles y, los más esperados, de Literatura el jueves y de la Paz el viernes (en Oslo).
El Nobel de Economía, de creación más reciente, cierra la temporada de 2022 el lunes próximo.
Con este 113º Nobel de Medicina, son 226 individuos los que han logrado el galardón desde su creación, entre ellos 12 mujeres. Ninguna organización ha sido recompensada, ya que está prohibido en el reglamento del Instituto Karolinska que otorga los premios.
Un Premio Nobel dominado por hombres
El año pasado, el galardón recayó en los estadounidenses Ardem Patapoutian y David Julius por sus descubrimientos sobre la manera cómo el sistema nervioso transmite la temperatura y el tacto.
Investigadores estadounidenses o instalados en Estados Unidos, de sexo masculino, dominan ampliamente los Nobel científicos de las últimas décadas, pese a los esfuerzos de los jurados para consagrar a más mujeres.
Para el Nobel de Literatura el jueves, los críticos interrogados por AFP se inclinan por un nombre más conocido, tras dos galardonados más discretos, la poetisa estadounidense Louise Glück en 2020 y el novelista británico de origen tanzano Abdulrazak Gurnah el año pasado.
La estadounidense Joyce Carol Oates, la francesa Annie Ernaux, la rusa Ludmila Ulitskaia o la canadiense Margaret Atwood ratificarían los esfuerzos de paridad del jurado en los últimos años.
Pero sería el premio de la Paz el que tendría más impacto este año.
¿Tras haber galardonado a dos periodistas, el ruso Dmitri Muratov y la filipina Maria Ressa, el comité noruego dará un premio anti-Putin tras la invasión de Ucrania?
Nunca desde la Segunda Guerra Mundial, un conflicto interestatal había ocurrido tan cerca de Oslo.
La Corte Penal Internacional (CPI), encargada de investigar los crímenes de guerra en Ucrania, así como la Corte Internacional de Justicia, también con sede en Países Bajos, suenan entre las candidatas. También el opositor ruso preso Alexéi Navalni o la opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya.