El descubrimiento de esta asombrosa propiedad abrió el camino a nuevas tecnologías de computación cuántica y comunicaciones ultraseguras, así como a sensores cuánticos ultrasensibles que permitirían realizar mediciones extremadamente precisas, como la gravedad en el espacio.
Esta desconcertante mecánica fue predicha por la teoría cuántica. Sin embargo, ni siquiera Albert Einstein lo creía: dos partículas unidas desde el principio -como podrían ser los gemelos- pueden conservar la marca de su pasado común y comportarse de forma similar a distancia.
Cada uno de los laureados "realizó experimentos innovadores usando estados cuánticos enmarañados, en los que dos partículas se comportan como una unidad incluso estando separadas", señaló el jurado.
"Resulta cada vez más claro que está emergiendo un nuevo tipo de tecnología cuántica", indicó Anders Irback, presidente del Comité Nobel de Física, en un comunicado.
Clauser, físico investigador basado en California, de 79 años, y Aspect, profesor de la Universidad Paris-Saclay, de 75 años, fueron reconocidos por sus avances sobre el trabajo de John Stewart Bell, quien en la década de 1960 "desarrolló la desigualdad matemática conocida por su nombre".
Computadores cuánticos
Zeilinger, profesor de física de la Universidad de Viena, de 77 años, dijo que no esperaba ser premiado.
"Me sorprendió mucho recibir la llamada", declaró Zeilinger por teléfono a una conferencia de prensa en Estocolmo.