En la mayoría de los estados, su uso medicinal está autorizado en diferentes grados, desde aceites que contienen un bajo nivel de THC (tetrahidrocannabinol, principio psicoactivo del cannabis) hasta marihuana pura.
Solo un puñado de estados ultraconservadores y rurales, como Idaho, Wyoming o Nebraska, se mantienen intransigentes.
Pero, curiosamente, la marihuana sigue siendo ilegal a nivel federal.
El anuncio de Biden del jueves simboliza un primer paso hacia su reclasificación.
El presidente instruyo al secretario de Salud, Xavier Becerra, y al fiscal general Merrick Garland para que "revisen de manera expedita cómo se cataloga la marihuana bajo la ley federal".
Actualmente, la ley federal clasifica a la marihuana junto a narcóticos mucho más peligrosos, como la heroína y el LSD. Está en un grupo más elevado que drogas relativamente modernas y enormemente adictivas, como el fentanilo y las metanfetaminas.
El consumo de marihuana entre los jóvenes estadounidenses alcanzó niveles récord el año pasado, según un estudio reciente.
La Cámara de Representantes había aprobado a principios de abril un proyecto de ley, presentado por los legisladores del oficialista Partido Demócrata, destinado a eliminar el cannabis de la lista federal de drogas peligrosas.
El texto debe aún ser ratificado por el Senado.
Con información de AFP