Hebe -como se la conoce en el país sin necesidad de nombrar su apellido- dio discursos alrededor del mundo, compartió escenarios con los fallecidos presidentes de Cuba y Venezuela, Fidel Castro y Hugo Chávez, respectivamente, y tuvo gran participación política, convirtiéndose en una fiel defensora de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
En 2011, un escándalo de corrupción sobre una organización que se encargaba de la creación de viviendas para personas de escasos recursos y formaba parte de la Fundación de Madres de Plaza de Mayo golpeó la imagen pública de Bonafini y llevó a la Justicia a investigar su participación.
Durante ese proceso judicial, la activista se mostró reacia ante la Justicia, no acudiendo a las citaciones pese a ser buscada con fuerzas de seguridad, alegando que ya había presentado la documentación pertinente para la investigación.
Más de 40 años después de su primera marcha, las ahora ancianas "Madres de Plaza de Mayo" continúan con sus movilizaciones pacíficas y simbólicas para saber qué ocurrió con sus hijos y como forma de presión para que se continúe juzgando a los oficiales militares que actuaron en la dictadura.
El Gobierno argentino anunció poco después de la muerte de Hebe tres días de duelo nacional.
"El gobierno y el pueblo argentino reconocemos en ella un símbolo internacional de la búsqueda de memoria, verdad y justicia por los treinta mil desaparecidos. Como fundadora de Madres de Plaza de Mayo puso luz en medio de la oscura noche de la dictadura militar", señaló un comunicado emitido por la presidencia argentina.
Con información de Reuters