Esta cumbre inicia cuando el tiempo apremia; un millón de especies están en peligro de extinción, un tercio de la tierra está gravemente degradado y los suelos fértiles desaparecen, mientras la contaminación y el cambio climático aceleran la devastación de los océanos.
"La humanidad se ha convertido en un arma de extinción masiva", denunció el martes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante la inauguración de la cumbre. Y atribuyó esa consecuencia al "apetito sin fondo de un crecimiento económico desenfrenado y desigual" de la humanidad.
Se refirió a la COP15, una especie de hermana gemela de las COP climáticas, como la "oportunidad para detener esta orgía de destrucción". Sin embargo, las negociaciones se han estancado durante tres años.
Esta vez se trata de concretar un acuerdo de una veintena de objetivos, el principal de ellos apunta a proteger el 30% de las tierras y los mares. Otros prevén la restauración de los entornos naturales, la reducción de pesticidas, la lucha contra las especies invasoras o las condiciones para una pesca y una agricultura sostenibles.
Costos por devastación ambiental
Se estima que la degradación de los ecosistemas costará 3,000 millones de dólares anuales hasta 2030, recordó Guterres.
Antes de su discurso, una docena de activistas indígenas se manifestó frente al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, denunciando la crisis ecológica en estas comunidades.
Sus territorios albergan el 80% de la biodiversidad restante en el mundo y el reconocimiento, incluso financiero, de su rol en el acuerdo final es uno de los temas espinosos por resolver.
En un intento por llegar a acuerdos, se cumplieron tres días de discusiones previas del 3 al 5 de diciembre, pero concluyeron sin avances significativos, pues solo se aprobaron cinco objetivos. Esto causó inquietud entre expertos y oenegés.
"Esta cumbre es una oportunidad que el mundo no debe perder, probablemente la última para que los gobiernos cambien el rumbo y salven nuestro precioso sistema de soporte vital", dijo el martes la funcionaria de defensa de WWF, Bernadette Fischler Hooper.
"Estamos en la recta final, y es hora de que todos demos un paso adelante, esto se está volviendo crucial", dijo el martes la jefa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen, visiblemente preocupada.