Macron propone un nuevo pacto social para calmar la “ira” de los franceses
El presidente insistió en que la reforma al sistema de pensiones, altamente impopular, es necesaria y que las disposiciones entrarán en vigor a partir del otoño boreal.
El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró este lunes escuchar la "ira" de los franceses contra su impopular reforma de las pensiones, pero subrayó que esta es "necesaria" y que sus disposiciones entrarán en vigor "a partir de este otoño" boreal.
“Nadie puede permanecer sordo” ante la “ira” de los manifestantes, dijo el presidente francés en un mensaje transmitido desde el Palacio del Elíseo. El discurso, que duró apenas 13 minutos, fue su primer mensaje a la canción desde el comienzo de la crisis política, en enero.
Francia vive una crisis política y social desde enero por esta reforma que retrasa la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años, y no 42, para cobrar una pensión completa.
Pese al rechazo de los sindicatos y de la gran mayoría de franceses, según los sondeos, Macron decidió en marzo adoptar por decreto su ley, al temer perder la votación en el Parlamento, lo que radicalizó las protestas y acrecentó el malestar.
"¿Esta ley ha sido aceptada? Obviamente no. Pese a los meses de consultas no se pudo encontrar un consenso y lo lamento”, admitió Macron.
El presidente también reconoció que existe “enojo” en un contexto en el que los empleos no permiten hacer frente a los crecientes costos de vida en Francia. "Algunos tienen la impresión de poner su parte y no ser recompensado”, dijo el mandatario francés.
Esa "demanda de justicia social y de renovación de la vida democrática" hay que escucharla, dijo, y señaló que "la respuesta no puede estar en el inmovilismo ni en el extremismo".
Por ello propuso el nuevo "pacto social" junto con empresarios y sindicatos, para discutir "sin límites ni tabús" una serie de "temas esenciales" entre los que mencionó los salarios, la mejora de las condiciones de trabajo y la distribución de la riqueza.
"La puerta siempre estará abierta", señaló el jefe de Estado, pese a que en los últimos tres meses el Elíseo rehusó mantener la reunión que le habían solicitado los sindicatos, que rechazaban de manera frontal el retraso de la edad mínima de jubilación y el enroque del gobierno respecto a esta medida, eje central de la reforma.
Muestra del malestar reinante, durante su discurso, se produjeron cacerolazos ante ayuntamientos de varias ciudades de Francia.
Las primeras reacciones de los sindicatos tampoco se hicieron esperar y, en declaraciones al canal televisivo BFM, el líder sindical Laurent Berger, de la mayoritaria CFDT, aseveró que lo que lamente ahora Macron no "va a cambiar nada".
La “independencia” francesa
Durante su discurso, Macron hizo también un alegato en favor de la conquista de una "independencia" francesa, que garantice el futuro del país al margen de fuerzas externas.
Esos objetivos solo se conseguirán, dijo, a través del trabajo y la reindustrialización, que permitirá también crear empleos mejor pagados.
Para relanzar su segundo mandato hasta 2027, en punto muerto por el conflicto enquistado de las pensiones, el mandatario anunció una serie de medidas como la lucha contra la "inmigración ilegal" y los fraudes sociales y fiscales, entre otros.
La educación y la sanidad son otros de los ámbitos que priorizará.
"Tenemos ante nosotros 100 días de apaciguamiento, de unidad, de ambición y de acción al servicio de Francia", urgió Macron, quien avanzó que hará "un primer balance" de la situación el 14 de julio, con motivo de la fiesta nacional.