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Sudán en llamas: ¿por qué este país africano vive una crisis de violencia? 



El ejército sudanés y un grupo paramilitar se disputan el poder del país con enfrentamientos que han provocado la muerte de cientos de personas.
lun 24 abril 2023 02:20 PM
Esta foto tomada el 23 de abril de 2023 y publicada el 24 de abril por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Indonesia muestra humo que se eleva desde un edificio junto a un coche dañado en una calle de Jartum.
El conflicto enfrenta al jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto del país, y su número dos, el general Mohamed Hamdan Daglo, conocido como "Hemedti", jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RFS).

Sudán está al borde "del precipicio", advirtió este lunes el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, mientras el país se desangra por los feroces combates entre el ejército y un grupo paramilitar que intentan conquistar el poder.

Las explosiones, los bombardeos y los disparos no han dejado de resonar desde hace diez días en la capital sudanesa, Jartum, y otras zonas, provocando centenares de muertos.

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Esta espiral "corre el riesgo de una conflagración catastrófica dentro de Sudán que podría envolver a toda la región y más allá", aseguró este lunes Guterres.

Los combates entre el ejército sudanés y las FAR iniciaron el sábado 15 de abril. Se trata del primer brote de este tipo desde que los dos grupos unieron fuerzas para derrocar al presidente Omar Hassan al-Bashir, el 11 de abril de 2019.

Más de 420 personas murieron y 3,700 resultaron heridas hasta ahora, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Dónde está Sudán?

Sudán se encuentra en el norte de África. En el norte, colinda con Egipto y con el mar Rojo al noreste, con Eritrea y Etiopía al este, con Sudán del Sur al sur, con la República Centroafricana al suroeste, con Chad al oeste y con Libia al noroeste. El río Nilo cruza el país de sur a norte.

¿Qué pasa en el país?

El conflicto enfrenta al jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Burhan, líder de facto del país, y su número dos, el general Mohamed Hamdan Daglo, conocido como "Hemedti", jefe de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RFS).

Desde el 15 de abril no han cesado los tiroteos y la aviación apunta, en pleno centro de Jartum —la capital de Sudán—, al cuartel general de las RSF, un grupo de exmilicianos que participó en la guerra de la región de Darfur y luego se convirtió en refuerzos oficiales del ejército.

"Burhan está bombardeando a civiles desde el aire, le perseguiremos y le llevaremos ante la justicia", declaró en inglés el general Mohamed Hamdan Daglo, de las RSF, en Twitter.

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Los enfrentamientos, que se desarrollan principalmente en Jartum y Darfur, en el oeste de este país de 45 millones de habitantes.

Es imposible saber quién controlaba qué. Ninguno de las dos partes ha comunicado sus pérdidas.

Los dos bandos se acusan mutuamente de haber atacado las cárceles para liberar a cientos de presos, saquear casas y fábricas.

También se han registrado enfrentamientos en torno a bancos, que fueron vaciados.

En un país donde la inflación ya es de tres dígitos en tiempos normales, el precio del arroz o de la gasolina está por las nubes.

Los más de 5 millones de capitalinos no tienen desde hace días agua ni electricidad. Y la comida empieza a faltar. Los habitantes de Jartum sólo tienen una idea en mente: abandonar la ciudad, que se hunde en el caos.

El sindicato de médicos sudaneses lanzó el lunes un llamado urgente en Facebook: "Varios barrios de Jartum están siendo bombardeados, hay civiles muertos y unos cincuenta heridos graves, todos los médicos que estén cerca deben acudir lo más rápido posible".

Atrapadas en el fuego cruzado, sus agencias y muchas otras organizaciones humanitarias han suspendido sus actividades en el país. Cinco trabajadores humanitarios, entre ellos cuatro de la ONU, murieron y, según el sindicato de médicos, casi tres cuartas partes de los hospitales están fuera de servicio.

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Estos niveles de violencia son muy inusuales para la capital de Sudán, aunque el país ha vivido varios años de inestabilidad política.

"Es la primera vez en la historia de Sudán desde su independencia [en 1956] que hay tal nivel de violencia en el centro, en Jartum", dijo a la AFP Kholood Khair, fundador del centro de investigación Confluence Advisory en Jartum.

La capital "siempre ha sido el lugar más seguro de Sudán" pero ahora "hay combates por todas partes, incluso en zonas densamente pobladas, porque los beligerantes creen que un elevado número de muertos civiles disuadirá al otro bando", añadió.

En tanto, los encarnizados combates entre las fuerzas de los dos generales en el poder no dan tregua. Los tiroteos se intensifican en la capital y sus alrededores. Aviones de combate sobrevuelan la zona mientras van avanzando los blindados paramilitares.

También se están desarrollando también intensos combates en el oeste del país, específicamente en la castigada región de Darfur, donde las FAR tienen una gran presencia.

Y es que el grupo paramilitar nació de las milicias Yanyawid, acusadas de cometer matanzas y violaciones masivas en el conflicto de tintes étnicos de Darfur (2003-2008), que segó más de 300,000 vidas y obligó al desplazamiento forzado de cientos de miles de personas.

¿Por qué surgió el conflicto?

La disputa entre Burhan y Daglo surgió de los planes de integrar las FAR al ejército regular, un requisito clave del acuerdo para restaurar la democracia en Sudán tras el golpe militar que depuso al gobernante autocrático Omar al Bashir en abril de 2019.

Al Burhan es el dirigente de facto de Sudán desde el golpe de Estado de octubre de 2021. Nacido en Gandatu, un pueblo situado en el norte de Jartum, el general de 62 años se alzó como una de las pocas figuras que generaba consenso para liderar el país.

Excomandante del ejército durante el mandato del derrocado dictador Omar al Bashir, Al Burhan pensaba contar con la lealtad de su segundo, el general Mohamed Hamdan Daglo, conocido también como "Hemedti".

Ambos protagonizaron el golpe que en octubre de 2021 puso fin a la transición de Sudán hacia un gobierno civil.

Los dos generales tienen desacuerdos sobre la dirección que debe de tomar Sudán y la propuesta de una transición hacia un gobierno civil.

La situación en el país africano es cada vez más inestable, y el Ejército asegura que todos los intentos de diálogo con las RSF —grupo que ha sido disuelto y declarado como milicia rebelde— "han fracasado”.

No está claro quién inició las hostilidades el sábado, pero sí que una confrontación prolongada puede hundir a Sudán en un conflicto generalizado mientras lucha frente el colapso económico y la violencia tribal, descarrilando los esfuerzos para avanzar hacia las elecciones.

En Sudán, los problemas económicos se acumulan: el embargo de la época de Al Bashir vino seguido de la pandemia de Covid-19 y ahora, otras crisis humanitarias como la de Ucrania aumentan el precio de los alimentos y entran en competencia directa por la recepción de ayudas.

Asimismo, varios organismos internacionales, entre ellos la ONU, han intentado mediar, sin éxito entre las partes para alcanzar un alto el fuego que ponga fin a la disputa por el poder entre el líder de las Fuerzas Armadas y el comandante de los paramilitares.

Con información de AFP, EFE y Reuters

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