La inminente llegada de la estación fría hace temer a las autoridades ucranianas que Moscú reanude una campaña de ataques para hundir a la población civil en la oscuridad y el frío, como ocurrió durante el invierno de 2022.
"Nos esperan meses difíciles. Rusia seguirá atacando las instalaciones energéticas y esenciales" ucranianas, advirtió el jefe adjunto de la administración presidencial, Oleksi Kuleba, acusando a Moscú de querer "sembrar el pánico".
El operador de la red, Ukrenergo, dijo que era el primer ataque ruso contra infraestructuras eléctricas en seis meses, e informó de daños en instalaciones de las regiones occidental y central.
"Hubo apagones parciales en las regiones de Rivne, Yitomir, Kiev, Dnipró y Járkov", dijo en el servicio de mensajería Telegram.
Ucrania ha invertido varios meses en reparar las infraestructuras después de que los ataques del invierno pasado dañaran casi la mitad del sistema energético del país y obligaran a los operadores de la red a imponer cortes de suministro periódicos.
Rusia, que envió decenas de miles de soldados a Ucrania en febrero de 2022, ha centrado sus ataques aéreos desde mediados de julio en las infraestructuras portuarias y cerealeras, obstaculizando los esfuerzos de Kiev —un importante productor mundial de grano— por exportar productos alimenticios.
Muchos de los ataques también han causado la muerte de civiles, aunque Moscú niega haberlos atacado deliberadamente.
Rusia no hizo comentarios sobre los nuevos ataques aéreos, llevados a cabo mientras el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visita Estados Unidos para mantener conversaciones tras la Asamblea General de la ONU, en la que trató de apuntalar el apoyo a Ucrania.
Moscú dice que Ucrania ha estado atacando objetivos dentro de Rusia mientras Kiev presiona con una contraofensiva, y que drones ucranianos fueron destruidos sobre la península anexionada de Crimea y el Mar Negro durante la noche.
Con información de AFP y Reuters