Hace cinco años, ocurrió un hecho inédito. Fue la primera ocasión en el que el Nobel de Literatura, el premio más prestigioso de esta disciplina, no iba a ser entregado junto con los otros cinco galardones dados en honor al creador de la dinamita, Alfred Nobel.
La razón detrás de esta decisión inédita de la Academia Sueca —el organismo que entrega el premio—, fue un escándalo sexual y financiero que puso en entredicho su prestigio.
En 1943, la última vez que el premio de literatura fue pospuesto, era el apogeo de la II Guerra Mundial y los nazis gobernaban gran parte del continente europeo.
Esto es lo que sucedió entonces.
La crisis se centró en Jean-Claude Arnault, un fotógrafo francés marido de la poetisa Katarina Frostenson, una escritora y miembro de la Academia Sueca, que renunció después de que se destapara la polémica.
Arnault, una figura cultural clave en Suecia, se enfrentaba entonces a múltiples acusaciones de acoso sexual y violación. Los casos fueron reportados por primera vez por el diario sueco Dagens Nyheter a finales de 2017.
En noviembre de ese año, 18 mujeres acusaron a un hombre, después identificado como Arnault, por una variedad de conductas sexuales inapropiadas entre 1996 y 2017. Dos de las 18, Gabriella Hakansson y Elise Karlsson, hablaron públicamente.
Al día siguiente, la secretaria permanente de la academia, Sara Danius, dijo que la institución había cortado todos los lazos con Arnault en vista de las acusaciones reportadas y quejas adicionales de que algunos miembros del personal de la academia y sus familiares habían experimentado una "intimidad no deseada" a manos de Arnault.
Aunque Arnault negó su culpabilidad en todos los casos, finalmente fue condenado por uno de los cargos de violación.
La academia también enfrentaba acusaciones por contravenir sus propias regulaciones de conflictos de interés al financiar el Kulturplats Forum, un centro cultural gestionado por Arnault y Frostenson.
Una investigación independiente llevada a cabo por un bufete de abogados sueco en los meses siguientes encontró que las reglas financieras habían sido violadas en la financiación del foro cultural de Arnault.
También señaló que "el comportamiento inaceptable de (Arnault) en la forma de intimidad no deseada realmente había tenido lugar, pero el conocimiento no se difundió ampliamente en la academia”.
Sin embargo, los abogados también descubrieron que la academia había recibido una carta en 1996 que describía una presunta agresión sexual en el foro cultural de Arnault, indicando que noviembre de 2017 no era la primera vez que al menos algunos miembros de la academia sabían que el nombre del fotógrafo había sido relacionado con una mala conducta.
Ebba Witt-Brattstroem, exesposa de Horace Engdahl, secretario permanente de la academia desde 1999 hasta 2009 y actualmente miembro del Comité Nobel de Literatura, también ha puesto en duda la afirmación de que sus miembros desconocían en gran medida la supuesta conducta inapropiada de Arnault.
La Academia, fundada en el siglo XVIII para proteger el idioma sueco, elige al ganador del Premio Nobel únicamente en el campo de la literatura. Los premios en ciencia, medicina y economía son otorgados por otros organismos suecos y el ganador del premio de la paz es seleccionado por un comité noruego.
Las acusaciones tuvieron un efecto paralizante sobre la reputación de la academia, una de las instituciones más prestigiosas de Suecia.
El 11 de abril de 2018, el rey Gustavo, cuyo tocayo fundó la Academia en 1786, intervino. "La controversia que ha surgido dentro de la Academia Sueca es muy desafortunada y corre el riesgo de dañar gravemente el importante trabajo llevado a cabo", dijo en un comunicado.
Siete días después, en medio de una espiral de crisis, anunció su intención de cambiar las regulaciones de la academia, vigentes desde 1786, para permitir la renuncia de los miembros.
Aquellos que han renunciado lo han hecho por razones drásticamente diferentes, revelando profundas divisiones dentro del grupo. A principios de abril, según los informes, tres miembros se retiraron en protesta por el hecho de que Frostenson, la esposa de Arnault.
Una semana después, Frostenson se hizo a un lado, al igual que Danius, la líder del grupo, supuestamente a petición de los miembros restantes. Un sexto miembro anunció su retiro a fines de abril, pero la academia no anunció el motivo. Dos miembros más de la institución están actualmente inactivos.
Ida Ostensson, fundadora y presidenta de la fundación sueca para la igualdad Make Equal, cree que la academia necesita un cambio fundamental y estructural si quiere continuar su trabajo con éxito.
Ella ve "una vieja institución patriarcal" que necesita actualizarse (ha tenido solo nueve mujeres desde su creación en 1786, y tres de ellas han renunciado recientemente, dejando solo dos).
La Academia Sueca anunció el 18 de enero de 2019 que uno de sus miembros se iría, luego de que una investigación determinara que había filtrado los nombres de los ganadores. Se trataba de la propia Frostenson.
La institución dijo que pagaría a Frostenson, quien negó haber violado las reglas, una pensión mensual por un valor de alrededor de 1,400 dólares y subsidios de renta en un acuerdo.
“Katarina Frostenson ahora decide abandonar la Academia Sueca”, dijo en un comunicado.
La escritora ganadora del Nobel 2018 fue anunciada en conjunto con el ganador del reconocimiento de 2019. Se trató de la escritora polaca Olga Tokarczuk.
Tokarczuk, nacida en 1962, recibió el premio en reconocimiento a la "imaginación narrativa que con pasión enciclopédica representa el cruce de fronteras como una forma de vida”.
"Se trata de la mejor representante del realismo mágico polaco", dijo a la agencia EFE Abel Murcia, el traductor al español de uno de sus libros, quien asegura que la autora "domina como nadie el relato corto”.
"Hay una parte de Tokarczuk que se puede catalogar sin dudas como realismo mágico, por ejemplo en En un lugar llamado antaño (1996), un realismo mágico eslavo, centroeuropeo, polaco, que bebería directamente de las fuentes de Cien años de soledad", de García Márquez, aseguró Murcia, quien es director del Instituto Cervantes de Varsovia.
Murcia es el traductor de la novela Ara a través de los huesos de los difuntos, publicada en 2015 y llevada al cine por la directora polaca Agnieszka Holland en 2017.
