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¿Por qué la Amazonía debería importarnos a todos?

Frenar la destrucción de esta selva tropical es fundamental para tratar de impedir que alcance un punto de no retorno, a partir del cual pasará a emitir más carbono del que almacena.
mié 06 diciembre 2023 05:04 AM
Una vista de una zona deforestada en medio del bosque amazónico, cerca de la carretera BR-230, conocida como Transamazonica, en el municipio de Uruara, Para, Brasil, 14 de julio de 2021.
La deforestación de la Amazonía, que bajo la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) aumentó 75% frente al promedio de la década anterior, cayó 22% en los doce meses hasta julio de este año, según cifras oficiales.

La Amazonía es una protagonista de las citas climáticas. Este bosque húmedo se extiende por siete países sudamericanos, aunque una importante extensión se encuentra en Brasil. Su protección es un tema que pone en la mesa cuando se discute sobre el calentamiento global y las maneras de frenarlo.

De acuerdo con los científicos, frenar la destrucción de la Amazonía es fundamental para tratar de impedir que alcance un punto de no retorno, a partir del cual pasará a emitir más carbono del que almacena, lo cual empeoraría el calentamiento global, en un momento en que las temperaturas del planeta alcanzan récords cada mes.

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La conservación de esta selva es tan importante para todo el mundo que se ha convertido en uno de los temas más complicados para cerrar las negociaciones de un acuerdo comercial entre el Mercosur —conformado por Argentina, Brasil Paraguay y Uruguay— y la Unión Europea.

El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, ha hecho de la reducción de la deforestación de la Amazonia como su principal misión medio ambiental. La deforestación de la Amazonía, que bajo la presidencia del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022) aumentó 75% frente al promedio de la década anterior, cayó 22% en los 12 meses hasta julio de este año, según cifras oficiales.

Brasil se propuso el año pasado como voluntario para alojar en la Amazonía la COP30, que se celebrará en dos años.

¿Qué es la Amazonía?

La Amazonía es el bosque tropical más grande del mundo. Con sus 7.4 millones de kilómetros cuadrados, es del doble del tamaño de India. Además, cubre extensiones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, así como parte de Guayana Francesa, un territorio de ultramar de Francia.

Tiene una enorme biodiversidad. Esta selva es el hogar de al menos 10% de todas las especies animales y vegetales conocidas. El río Amazonas, que fluye a lo largo de más de 6,600 km, contiene —junto con sus cientos de afluentes— el número más grande de especies de peces de agua dulce del mundo, de acuerdo con la organización WWF.

La Amazonía es celebrada en dos días. Ecuador estableció el 12 de febrero, mientras que en Brasil se estableció que se conmemoraría el 5 de septiembre.

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La importancia de la Amazonía

Otros pocos ecosistemas en el mundo fotostizan tanto CO2 como el Amazonas. La Amazonía contiene entre 90 y 140,000 millones de toneladas métricas de carbono.

La Amazonia también es clave para estabilizar y regular los patrones climáticos regionales y globales, debido a que el vapor de agua que se libera allí genera “ríos voladores” en la atmósfera, que influyen en las lluvias gran parte de Sudamérica.

Se trata de la transpiración, una parte crítica del ciclo del agua ocurre cuando las raíces de los árboles absorben el agua del suelo y la liberan en el aire como vapor de agua.

Este proceso forma nubes que transportan el agua a otras partes de la selva tropical, lo que esencialmente convierte a la selva amazónica en un sistema autosostenible.

A través de este proceso, el Amazonas libera hasta 20,000 millones de toneladas métricas de agua cada día. Como referencia, este ciclo transporta más agua por todo el bosque que el río Amazonas.

Este fenómeno junto con la gran cantidad de agua que la cuenca amazónica aporta al océano, influye en el clima mundial y la circulación de las corrientes oceánicas.

Cerca de un punto de no retorno

Sin embargo, los días en los que la Amazonía podía ayudar a contrarrestar el cambio climático, pueden estar por terminar. Gracias al aumento de las temperaturas globales, el Amazonas se está volviendo progresivamente más caliente y seco.

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El estado brasileño de Amazonas sufrió su peor octubre con relación a focos de incendio en los últimos 25 años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe).

El Inpe registró 2,770 focos activos en lo que va del mes hasta este jueves, un aumento de 154% respecto al mismo período de 2022.

En conferencia de prensa, la ministra de Medioambiente, Marina Silva, vinculó los incendios con "criminales" que los utilizan para limpiar el suelo y prepararlo para la agricultura o ganadería tras deforestar la superficie.

"No existe fuego natural en la Amazonía", dijo Silva.

Además, la sequía ha reducido drásticamente los niveles de los ríos, afectando a una región que depende de un laberinto de vías fluviales para el transporte y abastecimiento. Según los expertos, la estación seca en la Amazonía ha empeorado este año por la acción de El Niño, sumado al efecto del cambio climático.

“La selva tropical, que es incapaz de adaptarse lo suficientemente rápido a los cambios, está siendo empujada cada vez más a sus límites, un proceso que en última instancia mata a los árboles y otras plantas, dispersando el suelo del bosque con madera muerta que actúa como forraje para los incendios naturales”, de acuerdo con un comunicado de The Climate Reality Project.

Los recientes incendios forestales en la selva del Amazonas son una muestra de que corre un riesgo más inmediato de lo que se pensaba, de acuerdo con el Informe de puntos de inflexión globales publicado este lunes, un estudio elaborado por más de 200 científicos.

Con información de AFP

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