Los gazatíes se agolpaban en Rafah, en la frontera con Egipto, haciendo caso a los panfletos y mensajes israelíes que decían que estarían seguros allí.
Sin embargo, el miércoles murieron más de 20 personas en unos departamentos que albergaban a civiles desplazados del norte, según Eyad al-Hobi, familiar de algunos de los fallecidos.
"Todos los departamentos del edificio sufrieron graves daños", dijo mientras sacaban a dos niños aparentemente sin vida.
Israel ha estrechado el cerco sobre los principales centros urbanos en su voluntad de "aniquilar" al movimiento islamista después del ataque que, según las autoridades del país, dejó 1,200 muertos y 240 rehenes, de los que 138 se encuentran todavía en Gaza.
Las tropas israelíes, con el apoyo de aviones, tanques y excavadoras blindadas, luchan contra los milicianos de Hamás en la principal urbe del sur de Gaza, Jan Yunis, así como en la ciudad de Gaza y el distrito de Jabaliya en el norte.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que sus tropas llegaron a la casa en Jan Yunis del líder de Hamás dentro de Gaza, Yahya Sinwar, y aseguró que "era solo cuestión de tiempo" encontrarlo.
La aviación israelí también bombardeaba Rafah, una ciudad en el extremo sur de la Franja fronterizo con Egipto que se ha convertido en un inmenso campamento para muchos de los 1.9 millones de gazatíes desplazados.