Johnson es un aliado del expresidente Donald Trump, quien ha convertido la crisis fronteriza en un tema central de su campaña para la nominación republicana de cara a las presidenciales de noviembre, en las que probablemente se enfrentará a Biden.
Si Biden quiere que los republicanos lo tomen en serio, afirma Johnson, debe "demostrar su buena fe tomando medidas inmediatas para asegurar" la protección de la "soberanía nacional" en la frontera.
Y recuerda que las medidas para resolver lo que califica de "catástrofe fronteriza" están incluidas en un proyecto de ley del año pasado que pone trabas a la solicitud de asilo, pide reanudar la construcción de un muro en la frontera con el país vecino y resucita los llamados Protocolos de Protección al Migrante (conocidos como "Quédate en México" o MPP).
Esta política introducida por Trump permite expulsar a los migrantes a México mientras esperan una cita judicial y siguen adelante con el proceso migratorio.
En muchos de sus mítines Trump amenaza con llevar a cabo "la mayor operación interna de expulsión" de la historia si regresa a la Casa Blanca porque considera que los migrantes "envenenan la sangre" del país.
Texas quiere poner alambre de púas
Johnson, junto con Trump y otros líderes conservadores, respaldan al gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, que se ha convertido en una pesadilla para la administración demócrata con sus constantes desafíos.
Abbott ha colocado alambre de púas en la frontera, ha trasladado a migrantes en autobuses a ciudades dirigidas por demócratas y, según la administración de Biden, ha impedido el acceso de agentes federales a algunos sectores.