El año pasado, entre enero y septiembre, se registró una gran cantidad de incendios forestales en Canadá, denominados como megaincendios, con 15 millones de hectáreas quemadas (alrededor del 4% de la superficie forestal total de Canadá y más de 200,000 personas desplazadas.
En total, más de 200 comunidades fueron evacuadas, por lo que 232,000 personas fueron obligadas a abandonar sus hogares en varias ocasiones. Además, el humo generado por los incendios creó graves problemas de salud pública, afectando tanto a las áreas ubicadas a más de 1,000 kilómetros de distancia, como Quebec, Canadá y la costa este de Estados Unidos.
También señala que esta temporada fue un desafío sin precedentes para los servicios de bomberos, que se vieron abrumados por la magnitud de los incendios. A lo largo del año, se movilizó un contingente internacional de bomberos, con la participación de más de 5,500 personas provenientes de 12 países, entre ellos México y la Unión Europea.
El análisis de las causas detrás de esta temporada de incendios revela que factores ambientales clave contribuyeron a la intensidad de los incendios. Entre ellos se encuentran un derretimiento temprano de la nieve, sequías prolongadas en el oeste de Canadá y una rápida transición a la sequía en el este.
Los incendios afectarán la capacidad de reabsorción de los bosques
El bosque boreal de Canadá, una vasta franja que se extiende desde el océano Pacífico hasta el Atlántico, contiene cantidades significativas de lo que se conoce como CO2 "secuestrado".