Convertido en epicentro de incendios forestales que arrasan gran parte de Canadá, la provincia de Québec espera con impaciencia la llegada de refuerzos internacionales para combatir el fuego, mientras el humo de los 150 incendios aún en curso alcanza a Estados Unidos.
Este evento es "otra señal preocupante de la manera en que la crisis climática afecta nuestras vidas", declaró la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, este miércoles.
De los alrededor de 400 incendios forestales que siguen activos en el país, casi la mitad está fuera de control.
Después de Alberta y Nueva Escocia, Québec enfrenta incendios "nunca antes vistos". Actualmente hay 150 activos y de ellos un centenar está fuera de control. Y no se esperan lluvias importantes antes del lunes por la noche.
"Con los efectivos con que contamos podemos cubrir al mismo tiempo unos 40 incendios pero hay 150 activos", dijo el primer ministro de Québec, François Legault. "Tenemos que atender lo urgente", añadió.
Québec movilizó cientos de personas para combatir el fuego y espera llegar a 1,200 con la ayuda internacional, especialmente con el arribo de bomberos franceses.
Los últimos datos de las autoridades canadienses señalan que desde enero, las llamas han consumido 3.8 millones de hectáreas de bosque, aproximadamente 15 veces el promedio de los últimos 10 años. La media desde 1990 es que los incendios forestales quemen un total de 2.5 millones de hectáreas al año.
"Vemos que estamos en un peor año de lo que ya tuvimos y nuestros recursos están al límite", declaró por su parte el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, al resaltar la necesidad de prepararse mejor ante "esta nueva realidad”.
Más de 20,000 canadienses han sido evacuados, más de la mitad en Quebec, en donde el gobierno se prepara para trasladar a otros 4,000.
"Cuanto más pasa el tiempo, mayor es el desafío", dijo Legault.
Desde principios de año se registraron 438 incendios en esa provincia francófona, frente a una media de 200 en el mismo periodo de tiempo en los últimos diez años.
Canadá, que por su situación geográfica se recalienta más rápido que el resto del planea, ha enfrentado en los últimos años fenómenos meteorológicos extremos, cuya intensidad y frecuencia se incrementaron por el cambio climático.
Kent Moore, profesor de Física de la Universidad de Toronto, y experto en meteorología y cambio climático, dijo este jueves a EFE que "no hay ninguna duda que el cambio climático está alimentando el aumento de incendios este año", combinado con unas condiciones meteorológicas extremadamente secas en el este de Canadá.
Moore añadió que las condiciones empeorarán en los próximos años, especialmente en las regiones más septentrionales del planeta, por lo que los ciclos de grandes incendios forestales se acelerarán.
Las autoridades canadienses advirtieron este jueves que el humo de centenares de incendios forestales provocarán que la calidad del aire en grandes áreas del país se sitúe de nuevo en niveles de elevado riesgo para la salud.
Aunque a primeras horas del jueves la calidad del aire mejoró, el Servicio Meteorológico de Canadá predijo que el indicador caerá de nuevo a niveles de "elevado riesgo" en ciudades como Toronto a lo largo del día.
En el área metropolitana de Toronto, donde viven más de seis millones de personas, una séptima parte de la población de Canadá, las autoridades están recomendando que las personas de mayor edad, niños y personas con problemas de salud reduzcan actividades en el exterior que supongan un esfuerzo físico.
En Estados Unidos, la humareda amarilla provocada por los incendios amenaza con dificultar la respiración y perturbar el transporte aéreo de millones de personas hasta más allá del fin de semana.
El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos amplió un día más las alertas sobre la calidad del aire en la costa este, desde Nueva Inglaterra hasta Carolina del Sur, así como en algunas zonas del medio oeste, como Ohio, Indiana y Michigan.
Las autoridades sanitarias de más de una docena de estados han advertido que pasar tiempo al aire libre podría causar problemas respiratorios debido a los altos niveles de partículas finas en la atmósfera.
Los residentes de Nueva York, Washington y otras grandes ciudades, a los que se aconsejó permanecer en el interior, se pusieron mascarillas y se apresuraron a comprar purificadores de aire para protegerse de la bruma amarilla que llegó a la región el martes por la tarde.
La bruma y la escasa visibilidad obligaron a las autoridades de aviación a interrumpir por segundo día los vuelos procedentes del noreste, la región del Atlántico medio y Ohio con destino a los principales aeropuertos de Nueva York y Filadelfia. Todos los vuelos con destino al aeropuerto de Newark (Nueva Jersey), uno de los principales de la zona de Nueva York, sufrieron retrasos.
De acuerdo con el servicio privado de previsión AccuWeather, se trata del peor brote de humo de incendios forestales que ha cubierto el noreste de Estados Unidos en más de 20 años.
Es probable que las condiciones de humo persistan hasta el domingo, cuando un nuevo sistema de tormentas cambie la dirección de los vientos dominantes y traiga una probabilidad de lluvias en partes del país cercanas a las condiciones de sequía, dijo el meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional Peter Mullinax.
"Por fin empezaremos a ver más alivio a principios de la semana que viene, cuando empiecen a llegar los vientos del sur y empujen el humo más hacia el norte y hacia el Atlántico", dijo Mullinax.
Con información de AFP y EFE
