En otro comunicado el jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken afirma que "el pueblo nicaragüense quiere y merece una democracia" en la que "todos puedan ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales, libres del temor a la persecución o las represalias”.
Un contexto de represión
Ortega, que gobernó en la década de 1980 tras el triunfo de la revolución sandinista, volvió al poder en 2007 y es acusado por opositores y críticos de instaurar un régimen autoritario.
Su gobierno reprimió duramente a las voces críticas tras las protestas prodemocracia de 2018, que en tres meses dejaron más de 300 muertos, según la ONU.
La liberación y traslado de los presos políticos se produce en medio de una creciente campaña contra asociaciones civiles por parte el gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega, que en los últimos días ha cancelado el registro de cerca de 1,700 organizaciones no gubernamentales, muchas de ellas religiosas, a las que acusa de financiar a opositores.
En enero, Nicaragua envió al Vaticano a los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora, junto a 15 sacerdotes y dos seminaristas que estaban detenidos en cárceles del país, en medio de un creciente conflicto entre la iglesia católica y la administración de Ortega.
Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) exiliado en Estados Unidos, celebró esta "liberación con sabor agridulce, liberación y destierro”.
"Se liberan a unos, se encarcelan nuevamente, se liberan a otros, ya basta de prisión arbitraria (...) esto ya tiene que parar porque la dictadura ha hecho de Nicaragua una cárcel gigantesca", afirmó en la red social X.
La relación de Nicaragua con la comunidad internacional se ha tensado en los últimos meses, especialmente con Brasil, después de que Ortega ignorara sus intentos para mediar, a petición del papa Francisco, para la liberación de un obispo encarcelado.
La OEA también creó un "grupo voluntario" que sigue de cerca la situación en Nicaragua, país que dejó de ser miembro formalmente de esta organización el año pasado por decisión de Ortega.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha pedido en varias ocasiones al país centroamericano que cese "la represión generalizada y la persecución religiosa”.
Con información de AFP y Reuters