El sindicato Asociación Internacional de Estibadores (ILA, por sus siglas en inglés) pretendía un aumento del 77%, mientras que la patronal, Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX, por sus siglas en inglés), había elevado previamente su oferta a casi el 50%.
El acuerdo pone fin al mayor huelga de este tipo en casi medio siglo, que bloqueó la descarga de buques portacontenedores desde los estados de Maine hasta Texas y amenazó con escasez de todo tipo de productos, desde plátanos hasta piezas de automóviles, provocando una acumulación de buques anclados fuera de los principales puertos.
El sindicato y los operadores portuarios dijeron en un comunicado que ampliarían su contrato marco hasta el 15 de enero de 2025 para volver a la mesa de negociación para negociar todas las cuestiones pendientes.
"Con efecto inmediato, cesarán todas las medidas laborales en curso y se reanudará todo el trabajo cubierto por el contrato marco", decía el comunicado.
Entre las cuestiones clave que siguen sin resolverse figura la automatización, que, según los trabajadores, provocará la pérdida de puestos de trabajo.
El jefe del sindicato, Harold Daggett, dijo anteriormente que empresarios como el operador de portacontenedores Maersk y su APM Terminals North America no habían accedido a las demandas de detener los proyectos de automatización portuaria que amenazan los puestos de trabajo.
El Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se había puesto del lado del sindicato, presionando a la patronal portuaria para que subiera su oferta a fin de garantizar un acuerdo y citando los beneficios extraordinarios de la industria naviera tras la pandemia del COVID-19.
El acuerdo provisional "representa un avance decisivo hacia un contrato sólido", dijo Biden el jueves. "La negociación colectiva funciona", añadió.
Su Gobierno se ha resistido en repetidas ocasiones a los llamamientos de grupos comerciales empresariales y legisladores republicanos para que utilice poderes federales para detener la huelga, una medida que socavaría el apoyo demócrata entre los sindicatos de cara a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
La Casa Blanca había estado muy implicada en las conversaciones para llegar a un acuerdo, dijeron las fuentes.
Tras varios días de conversaciones, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Jeff Zients, convocó el jueves una reunión virtual a las 0930 GMT con los directores ejecutivos de los transportistas marítimos y les insistió en la necesidad de reabrir los puertos para acelerar los esfuerzos de recuperación tras el huracán, según una fuente informada de los acontecimientos.
La huelga portuaria se produjo justo cuando los estados del sudeste del país luchaban por conseguir suministros tras el mortífero huracán.
Lael Brainard, alta asesora económica de la Casa Blanca, dijo a los transportistas que necesitaban una nueva oferta para poner fin a la huelga y les pidió que la pusieran sobre la mesa. A mediodía, los transportistas habían aceptado presentar una nueva oferta más elevada.
La secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su, dijo a los transportistas que podían sentar al sindicato a la mesa y que los dirigentes aceptarían prorrogar el contrato si la nueva oferta era más elevada. Su se encontraba en Nueva Jersey para reunirse con los dirigentes sindicales y conseguir su acuerdo, según las fuentes.