Las huelgas en Estados Unidos toman nueva fuerza. Ahora son los trabajadores de los principales puertos estadounidenses los que pararon labores desde el miércoles con exigencias que ya hemos visto en otros sectores, como el automotriz y el aeroespacial.
Esta huelga, iniciada a poco más de un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, puede tener importantes consecuencias para la economía de este país, e incluso afectar la logística en México y el comercio con China.
Esto es lo que sabemos sobre esta huelga.
La primera huelga de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) en casi 50 años afecta a 36 puertos desde los estados de Maine hasta Texas, que se encargan del manejo de alimentos hasta productos electrónicos.
Unos 45,000 trabajadores están en huelga, según ILA.
Las negociaciones entre la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX), que representa a la patronal, y el sindicato ILA están estancadas.
El sindicato anunció que "cerró [actividades en] todos los puertos desde Maine a Texas a las 00:01 del martes".
Los trabajadores exigen protección contra la pérdida de empleos vinculada a la automatización de procesos, y pide incrementos de salarios para los estibadores.
Reportes de prensa indican que ILA pide 77% de incremento salarial en siete años.
“USMX provocó esta huelga cuando decidieron mantenerse firmes con las líneas navieras de propiedad extranjera que ganan miles de millones de dólares en los puertos de Estados Unidos, pero no compensan a los trabajadores estibadores estadounidenses de la ILA que realizan el trabajo que les trae su riqueza”, dijo el presidente de la ILA, Harold Daggett, en un comunicado publicado una hora después de que comenzara la huelga.
En un comunicado, la Casa Blanca dijo que el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris estaban "monitoreando de cerca" la huelga y que fueron informados sobre los impactos todavía "limitados" para los consumidores.
Biden pidió a última hora del martes una "oferta fuerte y justa" para los estibadores, dijo la Casa Blanca, y se refirió puntualmente a los "transportistas marítimos de propiedad extranjera" representados por USMX.
"Estas empresas extranjeras han obtenido ganancias récord... y el presidente cree que es hora de que presenten una oferta que refleje la invaluable contribución de los trabajadores de ILA a su éxito", dijo.
Biden puede ordenar mediante la Ley Taft-Hartley la reanudación de las conversaciones y un periodo de "reflexión" por 80 días en el que los trabajadores volverían a sus labores, pero descartó la medida citando respeto a los derechos de negociación colectiva.
La Federación Nacional de Minoristas pidió a Biden que restablezca "inmediatamente" las operaciones, incluso invocando la misma ley, y advirtieron que la huelga "tendrá consecuencias devastadoras para los trabajadores estadounidenses, sus familias y las comunidades locales".
"Dada la terrible situación y las enormes ramificaciones negativas para nuestras industrias y la economía, le imploramos que tome medidas inmediatas para resolver esta situación rápidamente (…). La administración ahora debe intervenir no solo para volver a abrir los puertos, sino para trabajar con las partes para resolver los problemas contractuales pendientes”, indicó una coalición de más de 270 asociaciones comerciales locales, estatales y federales en una carta enviada al presidente y publicada por el presidente del Comité de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes, el republicano Sam Graves.
El expresidente y candidato republicano, Donald Trump, aprovechó para culpar a Biden de la crisis y dijo en Milwaukee que el mandatario ya "debería haber llegado a un acuerdo”.
El conflicto representa un gran desafío para el gobierno, y en especial para la vicepresidenta Kamala Harris, quien aspira a suceder a Biden, toda vez que ambos buscan cimentar una imagen favorable a los sindicatos antes de la elección presidencial de noviembre.
Oxford Economics estima que la huelga costará entre 4,500 y 7,500 millones de dólares por semana a la economía de Estados Unidos.
Esta huelga detiene el flujo en casi todos los puertos de carga de la costa este. Esto incluye frutas como el plátano y las cerezas que llegan a Estados Unidos por estos puertos.
De acuerdo con Morgan Stanley, aproximadamente el 46 % de las importaciones se trasladan a los Estados Unidos y el 37% de las importaciones se transportan por agua.
"Cada día que esto continúa, se crea un retraso de contenedores y barcos", dijo el economista de la American Farm Bureau, Daniel Munch, al programa CBS MoneyWatch.
Los productos alimenticios que probablemente se vean afectados a corto plazo incluyen mariscos, café y frutas y verduras cultivadas fuera de los Estados Unidos. Y mientras que los minoristas que probablemente se abastecieron de antemano están amortiguados contra un impacto inmediato.
“En algún momento los plátanos van a caducar, los mariscos congelados se van a descongelar", dijo Munch.
Más del 75% de los plátanos estadounidenses llegan a los puertos manejados por la ILA, de acuerdo con la oficina agrícola. Más allá de la fruta perecedera, casi el 90% de las cerezas importadas, el 85% de los alimentos enlatados, el 82% de los chiles y el 80% del chocolate que llegan a través de embarcaciones acuáticas se descargan de los contenedores en estos puertos, señaló Munch a la CBS.
La gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul dijo el lunes en una conferencia de prensa que podría haber escasez de plátanos. "No quiero estar en condiciones de decir: 'Sí, no tenemos plátanos', pero podríamos llegar a ese punto”, dijo.
La industria del automóvil también puede ser una de las que sufra un impacto más inmediato, incluso Hocul advirtió a los posibles compradores que llamen con anticipación. "Si estás esperando un coche nuevo esta semana, puede ser algo que quieras consultar con tu concesionario. Puede que no llegue, por ejemplo, en las próximas semanas", advirtió.
Sin embargo, el transporte de hidrocarburos no debería verse demasiado impactado.
De acuerdo con un informe del Congreso de Estados Unidos, la huelga afectará sobre todo al comercio con China, pero puede representar oportunidades logísticas para México. El análisis agrega que los transportistas de Texas podrían estudiar las conexiones ferroviarias con los puertos mexicanos.
Sin embargo, especialistas consultados por Expansión indican que los puertos mexicanos podrían resultar afectados por la saturación, ademas de que diversas empresas pueden ser afectadas por la falta de insumos para la producción.
”Es un problema que tienen ellos allá, pero que nos va a afectar a nosotros, mayoritariamente en la industria automotriz”, dijo Alejandro Malagón, Presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin).
Con información de AFP
