En algunas democracias "híbridas", sus dirigentes mantienen el control, aunque enfrentan oposiciones organizadas y determinadas, como en India y en Turquía, donde Narendra Modi y Recep Tayyip Erdogan encajaron retrocesos electorales.
El Salvador, cuyo presidente Nayib Bukele "forzó la Constitución para presentarse a la reelección", se inscribe también en esta línea de "deterioro" de las democracias liberales, explica Carlos Malamud, analista del centro de reflexión Real Instituto Elcano, para quien el "autoritarismo" se recrudece en este país, donde el régimen de excepción está vigente desde marzo de 2022.
En México, donde el partido gobernante Morena se impuso con mayoría en las elecciones de 2024, podría también acentuarse una "deriva hacia el populismo y el autoritarismo", según este experto, en referencia a una polémica reforma judicial que permitiría a dicho partido "controlar en breve" el poder judicial, tras el poder legislativo y la presidencia.
Pero la situación preocupa también en democracias donde los comicios se consideran más libres.
En Europa "vemos políticas cada vez más polarizadas y fragmentadas", con las que "se vuelve cada vez más difícil lograr compromisos y gobernar" hasta el punto de romper coaliciones, según Bergmann.
En Alemania, la alianza de los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz con los liberales y los ecologistas se rompió en noviembre y abrió una crisis política de resultado incierto.
Y en Francia, las elecciones legislativas anticipadas dejaron una ingobernable Asamblea (cámara baja) dividida en tres bloques —izquierda, centroderecha y extrema derecha—, sin mayorías claras.