"Necesitamos paz”
Varios países y organizaciones celebraron la caída de Al Asad, pero dijeron que estaban esperando a ver cómo las nuevas autoridades, los musulmanes sunitas, tratarían a las minorías étnicas y confesionales.
Después de 50 años de dominio del clan Al Asad y una represión implacable contra todo opositor o sospechoso de serlo, las nuevas autoridades intentan tranquilizar a la comunidad internacional.
El nuevo primer ministro encargado de la transición hasta el 1 de marzo, Mohamad al Bashir, prometió "garantizar los derechos de todos".
En Latakia, el segundo puerto más grande de Siria en el Mediterráneo, cientos de hombres y algunas mujeres miembros de las antiguas fuerzas gubernamentales hicieron una larga cola el lunes frente a las oficinas donde las nuevas autoridades les pidieron que depusieran las armas y se registraran.
Según el responsable del lugar, Mohamad Mustapha, de 26 años y exsoldado en el bastión rebelde de Idlib, 400 personas se presentaron el domingo para la apertura del centro.
"Esperamos al menos mil hoy", dijo y estimó que "al menos 10,000 exsoldados y policías" deberían "presentarse" en esta provincia, un bastión de la minoría alauita, de donde proviene el derrocado presidente.
"Necesitamos paz, no nuevos combatientes", afirma a la AFP Mohamad Fayoub, de 37 años, policía en Hama (centro) durante 10 años y oriundo de Latakia, que se presentó espontáneamente después de haber visto el aviso en redes sociales.
Casi 14 años de guerra civil provocada por la represión de las protestas en favor de la democracia han dejado un alto saldo en Siria: medio millón de muertos y seis millones de habitantes que han huido al extranjero.
Ataques israelíes
Israel realizó el domingo intensos ataques contra instalaciones militares en la región costera de Tartus, incluidas unidades de defensa aérea y "depósitos de misiles tierra-tierra", según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, OSDH.
El gobierno israelí aprobó el domingo además un proyecto del Primer ministro Benjamin Netanyahu para duplicar la población en la parte del Golán sirio, conquistado por Israel durante la guerra de 1967, y anexado en 1981.