Sin embargo, según Philip Gunson, analista sénior para la región de los Andes, la postura de Trump respecto a Venezuela podría no ser tan intransigente como en su primer mandato. Gunson señala que Trump es conocido por ser una figura pragmática, más transaccional que ideológica.
En su segundo mandato, es posible que se enfoque en obtener beneficios estratégicos para él y su movimiento político, más que en forzar un cambio de régimen en Venezuela. "Es muy difícil que Trump dedique mucho tiempo o capital político a la restauración de la democracia en Venezuela", opina Gunson.
En su primer mandato, la idea de que Venezuela era un objetivo fácil de manejar le fue vendida, pero, según Gunson, este enfoque se cruzó con la realidad de la resistencia del régimen de Maduro. En el futuro, es probable que Trump prefiera buscar acuerdos con Maduro, especialmente en temas energéticos y migratorios, que son más prácticos y beneficiosos a corto plazo que la restauración democrática.
Entonces, ¿qué sigue para la oposición?
A pesar de todo, la reelección de Maduro esta más que confirmada y el futuro inmediato de Venezuela sigue siendo incierto. Mientras que la oposición parece estar ante un escenario en el que las opciones son limitadas.
La situación está marcada por una serie de paradojas. María Corina Machado, en particular, ha sido una de las voces más firmes en rechazar la negociación con el régimen, sosteniendo que "una dictadura no sale con votos". Sin embargo, después de la victoria electoral en julio, Machado también reconoció la necesidad de "cobrar esa victoria", es decir, convertir el apoyo popular en una victoria política real.
Como destaca Phillip Gunson, "la oposición tiene por delante un desafío muy grande". La dificultad de transformar el apoyo popular en un cambio concreto de gobierno es evidente, sobre todo cuando, como señala Gunson, "es muy difícil, por no decir imposible, que Edmundo González, quien se encuentra actualmente en el exilio, regrese a Venezuela y se presente ante la Asamblea Nacional".
Con los días siguientes marcando una nueva etapa de tensión política, el verdadero reto para la oposición se confirmará en las próximas semanas. La capacidad de transformar la presión popular en una estrategia efectiva para desafiar al régimen de Maduro será puesta a prueba en el escenario más difícil de todos: la lucha por la legitimidad política y la estabilidad futura de Venezuela.