“Costó cuatro años de infierno”, afirmó. “Ataques a la religión, al trabajo duro, a los valores que hacen grande a la comunidad hispana”.
Recordó que su padre ganó la elección del 5 de noviembre por mayoría de voto popular y 46% del voto latino, la demografía que más viró a la derecha a lo largo y ancho de Estados Unidos.
“No empezamos desde cero, ahora tenemos el conocimiento”, afirmó. “Debemos gobernar y cumplir con nuestras promesas, tenemos el gabinete, a personas leales y capaces”.
Don Jr. añadió que los siguientes años requerirán de la fortaleza que su padre mostró en el verano cuando sobrevivió un intento de asesinato de Pennsylvania y hay que “pelear, pelear, pelear”.
Y algo más.
“También nos gusta un poco de actitud macho”, aseveró ante su audiencia hispana. “Está bien ser macho y está bien tener algo de testosterona”.
Uno de los anfitriones del evento preguntó a Don Jr. si se lanzaría como presidente eventualmente. El hijo del próximo ocupante de la Casa Blanca solo sonrió e intentó evadir la pregunta.
Al final tomó el micrófono.
“Nunca me voy a detener”, dijo.
Su audiencia, hispanos conservadores en su gran mayoría, lo aclamó.