Este domingo, Ecuador celebra elecciones presidenciales en medio de una crisis diplomática con México que comenzó en diciembre de 2023. El asilo a Jorge Glas y el asalto a la embajada mexicana marcaron el punto de quiebre. Recientemente, Ecuador impuso aranceles a productos mexicanos, a lo que Claudia Sheinbaum respondió con ironía. Lo que suceda en las urnas podría definir el futuro de una relación que sigue tensándose.
Entre asilo, asalto y camarones, la crisis diplomática entre México y Ecuador
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Un deterioro acelerado
La crisis diplomática entre México y Ecuador comenzó mucho antes del asalto a la embajada mexicana en Quito. En agosto de 2023, Ecuador vivió un evento trágico que marcó las elecciones presidenciales: el asesinato del candidato Fernando Villavicencio, a pocos días de la primera vuelta electoral. La conmoción por el crimen generó un clima de incertidumbre política que se reflejó en las urnas, con un resultado inesperado que favoreció al actual presidente Daniel Noboa.
Apenas unos días después del asesinato, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se refirió al crimen durante su conferencia matutina, sugiriendo que el asesinato de Villavicencio había influido en las tendencias de voto en las elecciones de octubre de 2023. Estas declaraciones no tardaron en generar una fuerte reacción en Ecuador, que las interpretó como una intromisión en sus asuntos internos.
Como respuesta, el gobierno ecuatoriano, liderado por Noboa, declaró persona non grata a la embajadora mexicana Raquel Serur, exigiendo su salida del país.
El asilo de Jorge Glas: el punto de quiebre
En diciembre de 2023, el exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas , condenado por corrupción y preso en Ecuador, solicitó asilo político a México, alegando persecución política. México aceptó su solicitud y, a principios de 2024, Glas llegó a la embajada mexicana en Quito. Para Ecuador, esta decisión fue vista como una interferencia en su sistema judicial y un acto de desconfianza en su capacidad para administrar justicia.
La crisis alcanzó su punto máximo el 5 de abril de 2024, cuando la policía ecuatoriana irrumpió en la embajada mexicana para intentar capturar a Glas.
Este asalto sin precedentes fue considerado una violación flagrante de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, que protege la inviolabilidad de las misiones diplomáticas.
La batalla en la Corte Internacional de Justicia
México, además de romper relaciones con el país sudamericano, llevó el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), acusando una violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
En mayo de 2024, la Corte aceptó estudiar el caso, pero en julio desestimó las medidas provisionales solicitadas por México, ya que Ecuador garantizó por escrito la protección de las instalaciones diplomáticas mexicanas. A pesar de ello, el litigio sigue su curso, y se espera una resolución final en los próximos meses.
México argumentó que la irrupción a su embajada en Quito violó el derecho internacional y sentó un precedente peligroso para la protección de misiones diplomáticas en todo el mundo. Ecuador defendió su accionar, justificando la captura de Jorge Glas bajo el argumento de que debía enfrentar la justicia en su país, acusando a México de usar el asilo como una maniobra política para evitar su detención.
En sus audiencias, la CIJ destacó que "las declaraciones unilaterales pueden dar lugar a obligaciones legales", recordando a Ecuador que las garantías ofrecidas a México son vinculantes. Quito, por su parte, ya había asegurado a México que respetaría y protegería sus sedes diplomáticas, evitando así medidas más severas por parte de la ONU.
A nivel internacional, las reacciones fueron mixtas. Algunos gobiernos apoyaron a México, mientras que otros, como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, expresaron preocupación pero sin adoptar medidas concretas. Estados Unidos, por su parte, condenó el uso de la fuerza, aunque mantuvo una postura cautelosa respecto a la ruptura diplomática.
En respuesta a las críticas de la canciller mexicana Alicia Bárcena, quien condenó la irrupción a la embajada en la ONU, el embajador ecuatoriano José de la Gasca defendió el accionar de su gobierno, subrayando que las instituciones internacionales son la última línea de defensa antes de la barbarie.
Finalmente, la CIJ resolvió que, aunque el asalto a la embajada fue grave, no existía un riesgo inminente de daño irreparable que justificara la intervención inmediata. Sin embargo, reafirmó la importancia de la Convención de Viena y destacó que las garantías dadas por Ecuador a México son legalmente vinculantes.
Impacto en otras relaciones
En noviembre, Ecuador fue sede de la XXIX Cumbre Iberoamericana, celebrada entre el 12 y el 15 de ese mes. Este evento, que reúne a 22 Estados miembros, contó con la notable ausencia de varios mandatarios latinoamericanos. El presidente ecuatoriano y anfitrión, Daniel Noboa, fue el único representante regional en asistir, acompañado únicamente por dignatarios internacionales como el rey de España, Felipe VI, y los presidentes de Andorra y Portugal. La cumbre reflejó las tensiones actuales en la región.
La falta de una declaración conjunta al final de la cumbre se debió a las profundas diferencias entre países como Argentina y Cuba, lo que puso en evidencia la fragilidad de la integración iberoamericana. Además, las tensas relaciones de Ecuador con países como México, Venezuela y Nicaragua —que también rompieron sus lazos diplomáticos con Quito— influyeron en la escasa representación regional.
Relaciones rotas, pero ¿y el comercio?
En julio de 2024, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, calificó a México como uno de sus "peores socios comerciales” en una entrevista con Radio Sucre. Noboa argumentó que mientras México exportaba cerca de 800 millones de dólares a Ecuador, su país apenas lograba vender 300 millones, dejando un déficit cercano a 499 millones de dólares.
No obstante, cifras de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) matizan estas declaraciones: en 2023, el déficit comercial no petrolero con México fue de 499 millones de dólares, con exportaciones ecuatorianas de 202 millones de dólares, reflejando un incremento del 9% respecto a 2022.
Pese a este escenario, hasta inicios de 2025, la crisis diplomática no había tenido un impacto inmediato en el comercio bilateral. Sin embargo, el pasado 3 de febrero, Ecuador anunció la imposición de un arancel del 27% a los productos mexicanos, argumentando la falta de un Tratado de Libre Comercio entre ambos países.
La presidenta Claudia Sheinbaum restó importancia a la medida ecuatoriana, asegurando que las importaciones desde Ecuador representan apenas el 0.4% del total de compras mexicanas. En tono irónico, minimizó la decisión afirmando que “los camarones de Sinaloa son más ricos que los que provienen del país sudamericano”.
Desde la administración de Guillermo Lasso, México y Ecuador negociaban un tratado de libre comercio, pero las conversaciones se estancaron debido a la negativa del gobierno de López Obrador a incluir productos clave para Ecuador, como el camarón y el plátano. La posibilidad de retomar estas negociaciones se ha vuelto aún más remota.
¿Qué sigue para México y Ecuador?
Ecuador se encuentra en un escenario de alta incertidumbre política rumbo a las elecciones presidenciales del 9 de febrero de 2025. En un ambiente profundamente polarizado, son 16 los candidatos que competirán por la presidencia. Daniel Noboa, quien representa la continuidad del Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), y Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana, quien busca el retorno al poder del correísmo.
Uno de los candidatos, Carlos Rabascall, ha manifestado su intención de restablecer las relaciones diplomáticas con México, enfatizando la importancia de no abandonar a los ecuatorianos residentes en ese país. "Tenemos muchos ecuatorianos en México, no podemos dejarlos abandonados", afirmó.
En declaraciones anteriores, Rabascall justificó la incursión policial en la embajada de México en Quito, argumentando que fue una "estrategia política" para reposicionar la imagen del gobierno ecuatoriano.