El presidente estadounidense reprime con mano dura la migración ilegal y equipara a los migrantes con criminales, pese a que las cifras oficiales muestran que la delincuencia disminuye.
"No queremos criminales”
"No queremos criminales despiadados, violentos y dementes, muchos de ellos asesinos trastornados, en nuestro país", recalcó este martes.
En su batalla contra la migración irregular ha sumado apoyos, como el del presidente salvadoreño Nayib Bukele.
Washington le pagó "aproximadamente seis millones de dólares" para que detenga a los migrantes expulsados, confirmó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, una miseria según ella "en comparación con el costo de vida que supondría para el contribuyente estadounidense albergar a estos terroristas en prisiones de máxima seguridad" en Estados Unidos.
Bukele celebró en las redes sociales que los vuelos salieran de Estados Unidos. "Ups ... Demasiado tarde", escribió el domingo junto a un emoji de una cara llorando de risa y el anuncio del juez.
Según él llegaron al país 238 presuntos miembros del Tren de Aragua, que fueron trasladados al temido Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot).
Venezuela protestó pero este martes Washington apretó más las clavijas.
"A menos que el régimen de Maduro acepte un flujo constante de vuelos de deportación, sin más excusas ni demoras, Estados Unidos impondrá nuevas sanciones duras y crecientes", advirtió el jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, en la red social X.