"Franciscus", su nombre de papa en latín, es la única inscripción en la lápida de mármol, procedente de la región italiana de sus abuelos. Una copia de la cruz del "buen pastor", que siempre lucía en el pecho, corona el conjunto.
Y una rosa blanca puesta sobre su tumba recuerda su devoción por santa Teresita del niño Jesús.
Francisco escogió este lugar por su cercanía a la imagen de la virgen 'Salus Populi Romani', a la que rezaba antes y después de cada viaje. Fue el primer papa en ser inhumado fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
Unas 200,000 personas se congregaron de nuevo este domingo en la plaza de San Pedro para una misa en su honor, muchos de ellos peregrinos que participan en el Jubileo de la Juventud.
"Al mundo, el papa Francisco nos envía su abrazo desde el cielo", les dijo el cardenal Pietro Parolin, exsecretario de Estado vaticano, cuyo nombre suena entre los posibles sucesores.
Su papado reformista estuvo marcado por la lucha contra la pederastia en la Iglesia, por el impulso del papel de mujeres y laicos, y por poner el foco en pobres y migrantes, entre otros.
Muchos fieles están preocupados por el perfil del futuro sumo pontífice.
"Espero que tengamos otro papa tan competente como Francisco para hablar al corazón de la gente, para estar cerca de cada uno, sin importar quiénes sean", aseguró Maria Simoni, una romana de 53 años.