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Los vínculos de Harvard con China ponen a la universidad en la mira de Trump

El gobierno de Estados Unidos, en una cruzada abierta contra la institución, acusa que en el campus hay operaciones de influencia de Beijing.
sáb 24 mayo 2025 07:34 PM
Yu-Hsuan Lin, de 27 años, posa para una foto con un sombrero de Harvard y una sudadera con capucha en Taipei, Taiwán, el 24 de mayo de 2025.
La presencia de estudiantes chinos en Harvard y los vínculos de la escuela con el país no son prueba de irregularidades.

Los vínculos de la Universidad de Harvard con China, que durante mucho tiempo fueron un activo para la escuela, se convirtieron en un lastre a medida que el gobierno del presidente Donald Trump lanza acusaciones de que en su campus proliferan las operaciones de influencia respaldadas por Beijing.

El jueves, el gobierno tomó medidas para revocar la capacidad de Harvard de inscribir estudiantes extranjeros, con el argumento de que que fomentaba el antisemitismo y se coordinaba con el Partido Comunista Chino. Entre ellos se encuentran ciudadanos chinos que constituyeron alrededor de una quinta parte de la admisión de estudiantes extranjeros de Harvard en 2024, dijo la universidad.

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Una jueza estadounidense bloqueó temporalmente el viernes la orden del gobierno después de que la universidad de Cambridge, Massachusetts, demandó.

La preocupación por la influencia del gobierno chino en Harvard no es nueva. Algunos legisladores estadounidenses, muchos de ellos republicanos, expresan su preocupación por que China esté manipulando Harvard para obtener acceso a tecnología avanzada estadounidense, eludir las leyes de seguridad de Estados Unidos y reprimir las críticas contra ella en Estados Unidos.

"Durante demasiado tiempo, Harvard ha dejado que el Partido Comunista Chino la explote", dijo un funcionario de la Casa Blanca a Reuters el viernes, añadiendo que la escuela había "hecho la vista gorda al acoso dirigido por el PCCh en el campus".

Harvard no respondió inmediatamente a las peticiones de comentarios.

La escuela dijo que la revocación fue un castigo por la "postura percibida" de Harvard, que calificó de violación del derecho a la libertad de expresión garantizado por la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.

Los vínculos de Harvard con China, que incluyen asociaciones de investigación y centros académicos centrados en China, tienen larga data. Estos vínculos reportan a la universidad importantes donaciones económicas, influencia en asuntos internacionales y prestigio mundial.

El expresidente de Harvard Larry Summers, que en ocasiones ha sido crítico con la universidad, calificó la medida de la administración Trump de bloquear a los estudiantes extranjeros como el ataque más grave contra la universidad hasta la fecha.

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"Es difícil imaginar un regalo estratégico mayor a China que Estados Unidos sacrifique su papel como faro para el mundo", dijo en una entrevista con POLITICO.

Formación sanitaria

"Los intercambios educativos y la cooperación entre China y Estados Unidos son mutuamente beneficiosos y no deben estigmatizarse”, dijo la embajada china en Washington en un comunicado.

La presencia de estudiantes chinos en Harvard y los vínculos de la escuela con el país no son prueba de irregularidades. Pero la complejidad y la naturaleza solapada de las conexiones son lo suficientemente opacas como para atraer la atención y las críticas.

Las cuestiones relacionadas con China citadas por la administración Trump se hacen eco del trabajo del Comité Selecto sobre China de la Cámara de Representantes, liderado por los republicanos.

Por ejemplo, Harvard proporcionó formación relacionada con la salud pública a funcionarios del Cuerpo de Producción y Construcción de Sinkiang (XPCC) después de 2020. Ese año, Estados Unidos impuso sanciones a la organización paramilitar china por su papel en presuntos abusos contra los derechos humanos de los uigures y otros grupos étnicos musulmanes en Sinkiang.

El Departamento de Seguridad Nacional dijo que esos compromisos con XPCC continuaron "hasta 2024".

China niega con vehemencia cualquier acusación de delitos en Sinkiang, pero tanto el gobierno de Trump como el de Biden definen las políticas de Beijing en la región como "genocidio".

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