Pruden Saugar López, un bombero de 60 años, se congratulaba de poder manifestarse este domingo. "Aquí todavía se puede, aunque estamos, en toda Europa, estamos en peligro con los fascistas", sentenció.
Tras un ligero momento de pánico, el ambiente se calmó y la multitud, entre la que se encontraban familias, niños pequeños en cochecitos y personas mayores, desfiló tranquilamente por la calle, flanqueada por policías que no intervienen.
Casi al mismo tiempo, se repetían las mismas escenas en otros puntos de la ciudad. Cerca de la estación de Atocha, los policías reaccionaron de entrada con más firmeza, cargando y lanzando algunas granadas lacrimógenas, antes de dejar finalmente que los manifestantes marcharan por el recorrido ciclista al grito de "¡Boicot a Israel!", "¡Esto no es una guerra, es un genocidio!" o "¡No más muertes, de de niños inocentes!”.
“Orgullo” y “admiración”
Desde su llegada al territorio español -empezó en Italia-, la carrera ha sido escenario de manifestaciones a favor de Palestina que han afectado a los corredores, algunos de los cuales cayeron durante los incidentes, y han provocado la modificación de varias etapas.
Horas antes, el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, expresó su admiración por los manifestantes.
"Hoy termina la Vuelta", dijo Sánchez en un mitin del partido en la ciudad meridional de Málaga. "Vaya por delante nuestro reconocimiento y respeto absoluto a los deportistas, pero también nuestra admiración a un pueblo español que se moviliza por causas justas como la de Palestina".
En un país donde la causa palestina es muy popular, estas manifestaciones se producen además en un momento de gran tensión entre el gobierno de Sánchez y el de Benjamin Netanyahu, tras el reciente anuncio del presidente del gobierno español de medidas destinadas a "poner fin al genocidio en Gaza”.
Tras la suspensión de la vuelta, el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Gideon Saar, afirmó el domingo que el jefe del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y su ejecutivo son "una vergüenza para España".
Saar acusó a Sánchez de haber "alentado a los manifestantes a salir a la calle" para detener la carrera ciclista. "Sánchez y su gobierno: una vergüenza para España", escribió en X.
La oposición de derechas, que durante mucho tiempo se mostró bastante discreta sobre las protestas, cargó contra la suspensión prematura de la Vuelta calificándola de "ridículo internacional" y acusando a Sánchez de haber alentado las protestas.
"El Gobierno ha permitido e incluido la no finalización de la Vuelta y, de ese modo, un ridículto internacional televisado en todo el mundo", escribió en X el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
Con información de AFP y Reuters