Dos palestinos abrieron fuego en una estación de autobuses de Jerusalén Este, un sector de la Ciudad Santa ocupado y anexionado por Israel, y mataron a seis personas, antes de ser abatidos.
"Esta operación es una respuesta natural a los crímenes de la ocupación y al genocidio que está llevando a cabo contra nuestro pueblo", reaccionó el movimiento islamista palestino Hamás, en guerra con Israel en la Franja de Gaza, en un comunicado, sin reivindicar el ataque.
La Defensa Civil de Gaza, en tanto, dio cuenta de al menos 39 muertos en bombardeos israelíes en la Franja, 25 de los cuales en Ciudad de Gaza, en el norte del enclave.
"En dos días hemos derruido 50 torres terroristas, y este es solo el principio de la intensificación de las maniobras terrestres en Ciudad de Gaza. Le digo a los residentes: han sido advertidos, ¡váyanse ahora!", declaró Netanyahu en un video.
Por su parte, el ejército israelí anunció la muerte de cuatro soldados en el norte de la Franja.
"Tenemos miedo"
El ejército israelí destruyó el lunes otro bloque de viviendas de Ciudad de Gaza que es, según Israel, el último bastión de Hamás. El ejército afirma controlar el 40% de la urbe, que debería ser tomada totalmente según un plan aprobado en agosto.
Los israelíes, que habían llamado a evacuar esos edificios antes de bombardearlos, acusan al movimiento islamista de utilizar esas torres para operar, algo que el movimiento islamista niega.