El apoyo al Movimiento al Socialismo prácticamente se derrumbó en la primera vuelta de las elecciones.
La inflación ha crecido hasta un 23% en lo que va del año, mientras que la escasez de combustibles y dólares ha paralizado la demanda de los consumidores.
En tanto, las exportaciones de gas natural, que en su día fueron el motor económico de Bolivia, se han desplomado, lo que ha puesto bajo presión a la moneda boliviana y limitado las importaciones de combustibles.
En el distrito comercial de La Paz, las tiendas de electrodomésticos están cerradas y los comercios vacíos de clientes.
"Hay días que generamos cero de ventas, no días, meses que se está marcando cero", afirma Mercedes Quisbert, presidenta de la Asociación de Importadores local. Hasta este año, los comerciantes y vendedores ambulantes habían logrado capear la crisis, pero ya no es así, añade.
Bolivia tiene una de las tasas más altas de empleo informal de América Latina, con alrededor del 84% de la población trabajando fuera del mercado laboral formal, según datos oficiales. Millones de personas dependen de la compra y venta de productos para ganarse la vida.
"Estamos sobreviviendo prácticamente", dijo Marcela Martínez, de 52 años, mientras comparaba precios en un mercado de La Paz. Tiene pensado votar por Paz el domingo. "Necesitamos que entre gente nueva".