Política de mano dura
La operación fue ideada y ejecutada por el gobierno del estado de Río de Janeiro, bajo mando de Castro, aliado del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
Se llevó a cabo "sin conocimiento del gobierno federal" de Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este miércoles el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski.
Luego de mantenerse en silencio, Lula se pronunció en la red X el miércoles por la noche.
"No podemos aceptar que el crimen organizado continúe destruyendo familias, oprimiendo vecinos y esparciendo drogas y violencia por las ciudades", afirmó. "Precisamos un trabajo coordinado que alcance a la columna vertebral del tráfico (de drogas, ndlr) sin poner a policías, niños y familias inocentes en riesgo”.
Lo que no se sabe
Por ahora se desconoce la identidad de los muertos, por lo que no se sabe si todos ellos eran o no sospechosos buscados con orden judicial.
Tampoco se divulgó la identidad de la gran mayoría de los detenidos, lo que impide conocer el nivel de impacto sufrido por la estructura del Comando Vermelho.
Según medios brasileños, uno de los capturados sería Thiago “Belão" do Nascimento Mendes, apuntado como ladero de "Doca" Alves de Andrade, supuesto jefe del Comando Vermelho en la región, quien logró escapar.
Los vecinos denuncian "ejecuciones" y el juez del Supremo brasileño reclamó al gobernador Castro detalles sobre la operación, para determinar si la actuación de la policía se ajustó a la ley, y lo convocó a una audiencia.
El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió que se investigue "inmediatamente" lo ocurrido.
Mientras Río intenta volver a la calma, sus habitantes se preguntan si en los próximos días habrá coletazos de violencia.
Con información de AFP y Reuters