Publicidad
Revista Digital
Publicidad

Gustavo Petro cambia su estrategia de la “paz total” a la “paz electoral”

El presidente de Colombia ordena el peor bombardeo contra las disidencias de las FARC en su presidencia, al mismo tiempo que termina la cooperación con la inteligencia estadounidense.
mié 12 noviembre 2025 03:12 PM
El presidente colombiano Gustavo Petro habla durante una conferencia de prensa en medio de una disputa en curso con su homólogo estadounidense Donald Trump sobre las huelgas estadounidenses contra barcos en el Caribe y aranceles, en Casa de Narino en Bogotá, Colombia, el 23 de octubre de 2025.
Gustavo Petro se presentó ante la ciudadanía como el garante de la efectiva aplicación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el gobierno y las FARC. (FOTO: Luisa Gonzalez/REUTERS)

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, llegó al poder con una promesa ambiciosa: la paz total. Sin embargo, a un año de terminar su mandato y tras varios cambios en su estrategia, organizaciones advierten que el mandatario izquierdista puede girar a una “paz electoral”, es decir, un proceso que solo busque obtener votos, pero no la construcción de paz.

El martes, el gobierno colombiano ordenó el bombardeo más letal contra las disidencias de las FARC durante la presidencia de Petro. El ataque abatió a 19 guerrilleros bajo el mando del rebelde más buscado del país, informaron altos mandos militares.

Publicidad

El presidente izquierdista ordenó "el bombardeo y la disolución militar" de esta organización comandada por alias Iván Mordisco tras frustrados intentos de negociar la paz, según un mensaje en X.

El ataque aéreo en el amazónico departamento del Guaviare (sureste) es el séptimo en lo que va de 2025 y el más letal que han realizado las Fuerzas Armadas durante el mandato de Petro, según confirmó una fuente militar a la AFP.

El almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares, dijo en una rueda de prensa que la operación se hizo en "la madrugada del 10 de noviembre" y dejó "19 terroristas muertos" y tres personas capturadas, entre ellos un hombre herido.

Tres menores de edad en manos de la guerrilla fueron rescatados por las autoridades, que además incautaron abundante material de guerra entre fusiles, granadas, morteros y minas antipersonales.

La ofensiva aérea fue ordenada "ante un ataque inminente" contra los soldados desplegados en tierra en la zona, según Cubides.

Contra las disidencias de las FARC

Petro inició una cacería con millonarias recompensas para capturar a Mordisco, a quien compara con el barón de la cocaína Pablo Escobar.

El jefe máximo comanda la estructura disidente de las FARC conocida como el Estado Mayor Central (EMC), conformada por unos 3,200 rebeldes que se apartaron del histórico acuerdo de paz entre esa guerrilla y el gobierno colombiano en 2016.

Publicidad

Imágenes compartidas por el ejército muestran la tupida selva agujereada por las bombas mientras dos helicópteros la sobrevuelan.

Mordisco sostuvo acercamientos de paz con Petro durante un año, pero abandonó las conversaciones en 2024 y aumentó su presión violenta contra el Estado.

Sus milicianos se disputan el territorio amazónico con otra disidencia al mando de alias Calarcá.

Rodrigo Londoño, alias Timochenko, el último líder de las FARC, desestima el liderazgo de su antiguo camarada y hoy disidente Iván Mordisco.

"Mordisco era un guerrillero común. No era un gran comandante o un hombre de mucha capacidad política", aseguró sobre el guerrillero que rechazó el acuerdo y en agosto ordenó explotar un camión bomba que dejó seis muertos en Cali.

Un proceso fallido

Gustavo Petro se presentó ante la ciudadanía como el garante de la efectiva aplicación del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el Gobierno –entonces presidido por Juan Manuel Santos– y el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

“Para defender las ganancias del proceso de paz y evitar que un nuevo ciclo de conflictos se aficione, el estado debe remediar la desigualdad subyacente al descontento social, hacer las paces con la última gran insurgencia de Colombia, el ELN, y diseñar estrategias de seguridad que pongan la protección de las personas en primer lugar”, indica el International Crisis Group.

Publicidad

El pacto no cesó la violencia y el actual mandatario Gustavo Petro intenta apagarla con negociaciones. Pero a un año de terminar su mandato, la mayoría de los frentes de negociación abiertos por Petro están en punto muerto.

El desarme de las FARC dejó en los territorios remotos de Colombia un vacío de poder que fue aprovechado por grupos rebeldes disidentes, paramilitares y carteles.

Las organizaciones ilegales se han fortalecido desde entonces con las rentas del narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal, según expertos.

“Varias de nuestras alertas se han cumplido: expansión de grupos armados, falta de método, débil articulación institucional y una arquitectura estatal insuficiente”, dice Andrés Preciado, director de Conflicto y Seguridad de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), en un informe.

En el informe se señala que las prioridades de Petro cambian al ritmo de la coyuntura y los intereses del gobierno.

En el mes pasado, por presiones internas y externas, Petro se movió para reabrir las conversaciones con ELN y avanzó otros procesos de diálogo. El 13 de octubre propuso reiniciar las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), congelado desde enero; el negociador principal del grupo guerrillero,

Pablo Beltrán, señaló uno días antes la apertura mientras acusaba al gobierno de "sabotear" conversaciones pasadas dividiendo el movimiento, probable referencia a la fragmentación de la facción conocida como Comuneros del Sur, ahora en conversaciones separadas con el gobierno.

La propuesta llegó cuando ELN amplió su presencia a lo largo de la frontera venezolana, atacando dos veces la base militar en Puerto Jordán, departamento de Arauca, que mató a un soldado.

La “paz electoral”

De cara a las elecciones presidenciales de 2026, a Petro le llueven críticas de la oposición que lo considera indulgente con los grupos armados en medio de su apuesta fallida de una salida negociada a décadas de conflicto.

La FIP advierte que la política de Petro para terminar con el conflicto en Colombia corre el riesgo de convertirse en una “paz electoral”, una vez que el proceso para elegir a su sucesor ha comenzado.

“A medida que se acerca el final del gobierno, la prioridad parece centrarse en mostrar resultados rápidos, incluso firmando acuerdos sin claridad sobre su sustento jurídico e implementación”, indica el informe.

El documento señala que la paz cada vez más parece un medio para cumplir otros fines políticos, más que un esfuerzo para solucionar la crisis humanitaria y de seguridad que afecta aún a gran cantidad de colombianos.

La FIP advierte que si se insiste en implementar la política de seguridad de forma aislada de la estrategia de paz. Todo esto dejaría al próximo gobierno en una situación más crítica que la actual y con márgenes de acción muy reducidos.

También señalan que los grupos armados pueden influir en los resultados de las elecciones del próximo año, no solo a través de presiones, sino por medio de las presiones que puedan ejercer sobre los votantes en los territorios bajo su control.

En la mira de Estados Unidos

El golpe militar significa un respiro para Petro, en momentos de mucha presión por parte de Estados Unidos.

El presidente Donald Trump le impuso sanciones financieras y revocó a Colombia el certificado de país aliado en la lucha antinarco.

En medio de estas tensiones, el mandatario izquierdista anunció el martes en X el fin de la colaboración en inteligencia con ese país mientras continúen los bombardeos a embarcaciones en el Caribe y el Pacífico.

Los "miembros de las agencias no están actuando para atacar a los narcotraficantes, sino para atacar al presidente, su familia y su posición política", dijo Petro, en momentos en que Colombia y Estados Unidos atraviesan su peor crisis luego de décadas de amistad y alianzas.

"Eso excede sus funciones en Colombia y ataca de frente la soberanía nacional", añadió.

Exmilitares colombianos advirtieron el miércoles de las graves consecuencias en la lucha contra el narcotráfico que implica este anuncio de Petro.

"Es lo más absurdo", es una decisión que "no tiene razón de ser", dijo a AFP un exjefe de la policía que pidió la reserva. Una consecuencia de esta medida amenaza con que se "desborde" la cantidad de droga que los narcotraficantes producen y exportan, añadió.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad