"Hemos acordado con los Estados Unidos a ampliar temporalmente la cooperación para reforzar la vigilancia aérea y marítima contra el narcotráfico", dijo Abinader tras reunirse con Hegseth.
"Y en ese marco, anuncio al país que hemos autorizado a los Estados Unidos, por un plazo limitado, el uso de espacios restringidos en la base aérea de San Isidro y en el Aeropuerto Internacional de las Américas para la operación logística de aviones de reabastecimiento de combustible, transporte de equipos y personal técnico", añadió.
Estados Unidos movilizó al Caribe al portaaviones más grande del mundo y desplegó buques de guerra y aviones caza con el argumento de combatir el narcotráfico, pero Venezuela denuncia que es un pretexto para derrocar al presidente Nicolás Maduro.
El despliegue se inició en agosto, poco después de que la Casa Blanca acusara a Maduro de liderar el Cartel de los Soles, clasificado el lunes como grupo terrorista. El mandatario venezolano niega los señalamientos.
"Fuerza y acción rápida"
Washington ha atacado a una veintena de lanchas de presuntos narcotraficantes desde septiembre, y ha matado a unas 83 personas.
"Quiero que quienes observan la explosión de las embarcaciones narcoterroristas entiendan que nos tomamos esta misión muy en serio", indicó por su parte Hegseth. "Totalmente en serio".
"Contamos con la mejor inteligencia, los mejores abogados y el mejor proceso para comprender, dentro de estas redes, de dónde vienen, adónde van, qué transportan y cuáles son sus intenciones", continuó.
Hegseth dijo que Estados Unidos está listo para "pasar a la ofensiva" y "cambiar la dinámica de toda la región". "Debemos enfrentar a los narcoterroristas y sus actividades ilegales con fuerza y rapidez. Ese es el único lenguaje que entienden: fuerza y acción rápida", enfatizó.
Ni Abinader ni Hegseth mencionaron a Venezuela en sus declaraciones.