Cuatro personas murieron en una balacera entre dos bandas de ladrones de combustible en la comunidad de La Purísima de Bravo, del municipio de Palmar de Bravo, ubicado dentro de la zona conocida como "triángulo rojo" en Puebla, confirmó la Fiscalía estatal.
Los hechos se registraron después de las 22:00 horas del martes cuando un comando llegó al centro de la comunidad a enfrentar a los integrantes de un grupo que se encontraba en el lugar, de acuerdo con testimonios de los vecinos.
Aunque los otros habrían repelado la agresión, cuatro perdieron la vida de manera instantánea.
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La Fiscalía General del Estado informó en un comunicado de prensa este miércoles que se identificaron a las cuatro víctimas como Miguel Ángel M., José M., Rolando Rosendo M., y Orlando C.
De acuerdo con versión de los habitantes, mientras ocurría la balacera, policías municipales abandonaron la comandancia por temor a que también fuera atacada.
Fue después de la media noche cuando legaron al sitio militares y policías estatales.
Un municipio disputado por ordeñadores
En este municipio pasa el poliducto Minatitlán-México, en el que en el último año se han registrado diversos enfrentamientos relacionados con tomas clandestinas.
Elementos del Ejército Mexicano fueron desarmados y secuestrados por más de cinco horas en dos ocasiones (29 de octubre de 2015 y 20 del año en curso).
Puebla ocupa el tercer lugar nacional en registrar un mayor número de tomas clandestinas, solo después de Tamaulipas y Guanajuato; lugar que ha conservado en los últimos tres años.
Las alarmas se prendieron a partir del año pasado cuando el robo de hidrocarburos se disparó, pues mientras en 2014 se detectaron 335 tomas clandestinas en 2015 se registraron 785.
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El 80% de los casos de robo de combustible están concentrados en cinco municipios conocidos a nivel local como el Triángulo rojo, zona que los pobladores ubican como territorio de las mafias.
Se trata de Tepeaca, Quecholac, Acatzingo, Acajete y Palmar de Bravo.
En este último, en donde se registró el enfrentamiento, el robo se cuadruplicó en el último año al pasar de 21 tomas en 2014 a 82 durante el año pasado.