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OPINIÓN: Elecciones en EU, la pieza que define el rompecabezas mexicano del 2017

Ambos candidatos a la presidencia de EU han prometido estímulos fiscales para echar a andar la economía de aquel país que podrían traer a la vez implicaciones de alza de tasas en el mundo en general.
lun 31 octubre 2016 07:05 AM
Opciones
Opciones Hillary Clinton será mejor para México por la retórica anti-TLCAN y anti-inmigración de Donald Trump. (Foto: RICK WILKING/REUTERS)

Nota del editor: Guillermo Aboumrad es Doctor en Economía por la Universidad de Duke, y tiene una larga carrera en el sistema financiero, habiendo empezado en el Banco de México. Actualmente es director de estrategias de mercado en casa de bolsa Finamex. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(Expansión) — El próximo año será de grandes retos para las autoridades financieras así como para los mercados financieros en México.

En primer lugar, destaca el cambio de presidente en Estados Unidos. Aunque Hillary Clinton será mejor para México por la retórica anti-TLCAN y anti-inmigración de Donald Trump, habrá que restaurar la relación con ella, la cual quedó lastimada por la invitación de Trump a México.

Por su parte, ambos candidatos han prometido estímulos fiscales para echar a andar la economía estadounidense lo que, sin duda, podría accionar un proceso más acelerado de desmantelamiento de la política monetaria acomodaticia de la Fed con implicaciones de alza de tasas a lo largo de toda la curva de rendimiento de Estados Unidos y del mundo en general, incluyendo las de México.

En segundo lugar, y no menos importante, está la revisión de las calificadoras de crédito sobre la evaluación de México. Las calificadoras han externado su preocupación por el rápido crecimiento del Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP), medida más amplia de deuda pública, y el lento avance del Producto Interno Bruto. Así, la razón del SHRSP a PIB tiene que estabilizarse.

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Recién, el Congreso de la Unión mostró la dificultad para aceptar los recortes al gasto público propuestos por la Secretaría de Hacienda (SHCP), al modificar ciertos parámetros para crear ingresos adicionales, vulnerando más las finanzas públicas. También, la preocupación ha sido la solvencia de Pemex por su alta carga impositiva y su constante necesidad de endeudamiento para solventar sus gastos a una tasa más alta que la Federación. La posibilidad de una baja en la calificación de crédito en 2017 es muy alta.

En tercer lugar, las revisiones a la baja del crecimiento económico. En particular, la mayoría de los recortes al gasto público y de Pemex se han concentrado en gastos de inversión, lo que atenta contra la capacidad de crecimiento económico futuro. La apuesta es que el sector privado aumente la inversión, sin embargo, el escenario de incertidumbre de crecimiento global, sobre-capacidad instalada y el retroceso de la globalización, están deteniendo inversiones en todo el mundo. En este contexto, esperamos que el PIB avance tan solo 2.1% en 2017.

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En cuarto lugar, hay que poner especial atención al ritmo de crecimiento de los precios. En particular, hemos observado este año una tendencia al alza en la inflación subyacente, y específicamente, en mercancías por el impacto del tipo de cambio, que esperamos continúe en 2017. Por su parte, este año la inflación se benefició de una baja importante de los precios de servicios de telefonía móvil que no anticipamos se repita en 2017.

nullFinalmente, la liberalización de los precios de la gasolina y la eliminación de las bandas que limitaron el alza de precios este año, permitirán en 2017 que el precio de la gasolina suba en paralelo con la referencia del precio internacional que se ha incrementado recientemente. Así, esperamos que la inflación termine 2017 en 3.8%.

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Por último, en 2017 veremos el comienzo de la lucha de los partidos políticos por capturar la Presidencia de la República en 2018. La baja popularidad del Presidente y del PRI, harán más difícil la ejecución de los recortes al gasto público necesarios para evitar una baja en la calificación crediticia y revertir la tendencia del SHRSP como porcentaje del PIB, y llevar a cabo las medidas necesarias para reestructurar Pemex, cuya caída en la producción de petróleo amenaza no solo al crecimiento económico sino la solvencia de la empresa y las finanzas públicas.

El Banco de México, de no contar con la restricción fiscal, que frene el gasto agregado de la economía para compensar el avance del consumo privado, podría enfrentar un ensanchamiento del déficit de la cuenta corriente, implicando mayor depreciación del tipo de cambio, afectando aún más a la inflación. Por lo pronto, esperamos que el tipo de cambio cierre 2017 arriba de 19.0 pesos por dólar.

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