OPINIÓN: 2017, una inversión atractiva en dólar-peso y tasas mexicanas
Nota del editor: Roberto A. Ruarte es asesor en mercados financieros. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(Expansión) — La semana pasada hicimos un análisis de las diferentes variables de Estados Unidos para 2017. Aquí nos ocuparemos del análisis de México y las materias primas.
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Con respecto a México, su alicaído dólar-peso mexicano ha comenzado una tendencia de depreciación contra el dólar estadounidense desde mayo de 2013 cuando valía niveles de 11.95. Creemos que esta tendencia está muy madura, pudiendo haber terminado en 21.38 pesos días después de la noticia de la victoria de Donald Trump, o bien lo hará luego de un último susto en la zona de 22-23.30 pesos en la primera parte de 2017. Sin embargo, de ocurrir esta última subida del dólar, lo vemos como una oportunidad histórica de venta de dólares y compra de pesos mexicanos.
El ciclo positivo del dólar de EU de 7.5 años u 8 años, unido a la tendencia del dólar durante los gobiernos republicanos, más el aditamento de los años Fibonacci del dólar-peso, indican que es muy posible que 2017 muestre un comportamiento completamente distinto a 2016 para la relación entre estas dos monedas. Recordemos que la moneda mexicana amaneció apenas arriba de los 17 pesos contra el dólar y al escribir estas proyecciones se encuentra en 21.09, marcando otro 20% de depreciación, si tenemos en cuenta que desde mayo de 2013 el dólar ha subido más de un 70% contra el peso mexicano, desde 11.95 a 20.40 pasando por picos de 21.38.
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El año Fibonacci indica que en 2016, se cumplen 3 años de la subida desde 11.95 a 13.60 del dólar; cinco años de la depreciación del peso de 2011 por la crisis europea; ocho años de la gran caída del peso y subida del dólar desde 9.95 pesos, que en realidad terminó en marzo de 2009 en 15.65; 13 años de la subida de 2003 durante la guerra de Iraq; y 21 años del peor momento del Tequila.
Estos números 5, 8, 13, 21, y si agregamos la devaluación de 1982, 34 años, son los números de Fibonacci que coinciden en señalar que 2016 puede ser el último año de subida del dólar contra el peso. Como ocurriera en años posteriores a Fibonacci, 1983, 1996, 2004, 2009, 2012, y 2014 tuvimos apreciación y no depreciación del peso y lo mismo esperamos para 2017 con un cambio de humor de los inversores, de rechazo de actualización a aceptación futura de la moneda mexicana.
Es bueno remarcar que se cumplen 63 semestres de la subida del dólar desde 2001, en donde vimos valles de 8.95 pesos con dólar. En término de tiempos, se cumplen a fines de 2016 y primer trimestre de 2017, 2.168 veces de tiempo Fibonacci de la primera subida desde 3 pesos a 11.25 desde 1993 al año 1999. Esta extensión de la fortaleza del dólar contra el peso está madura , y según nuestro modelo en el tiempo ideal para finalizar, o lo hace en estas últimas semanas de 2016 u ocurrirá en los primeros meses de 2017, favoreciendo así para este año una apreciación del dólar-peso que empezaría un largo camino hacia 17.05 y niveles inferiores. Caídas debajo de 19.90 y de 19.50 sugerirán que ese largo camino ha comenzado.
Respecto a las tasas de interés mexicanas, las mismas han venido siguiendo de cerca el comportamiento de la tasa de 10 años de EU que ha estado subiendo fuertemente al finalizar 2016. Al gobierno mexicano le cuesta endeudarse entre 120 y 150 puntos base de tasa, 1.20 y 1.5% más que en 2015. Esta tendencia seguirá en armonía con la suerte de los bonos estadounidenses y de su tasa de interés y recién estimamos que llegará a su fin cuando los tenedores de acciones estadounidenses noten que la burbuja de la Bolsa se rompa y vuelvan por medida de seguridad a los bonos estadounidenses y ello produzca el efecto contrario. De hecho, esto será una masiva compra de bonos de EU por refugio generando la caída de tasas de interés que es la inversa del bono.
nullLo interesante aquí es considerar que si unimos tasas de interés crecientes en México por el efecto de EU, con un dólar sobrevaluado y próximo a cambiar la tendencia, la inversión en 2017 en ciertos niveles de dólar-peso y de tasas mexicanas debería ser muy atractivo. Esto es compra de bonos en moneda local, porque podríamos tener el doble efecto de un pico en la tasa, un piso en el bonos para ser seguido por una caída de tasas, subida de bonos combinado con una caída del dólar; lo que nos beneficiaría de dos lados para tenencia de bonos en pesos mexicanos, esto debería ocurrir a partir de algún momento de 2017 en el que deberíamos estar muy atentos.
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Con respecto a la Bolsa Mexicana de Valores, un largo triángulo en contracción estuvo presente desde los máximos de 46,075 de enero de 2013, prácticamente desde el comienzo del mandato de Enrique Peña Nieto. Este triángulo llegó a su fin a comienzos de 2016, y el post-triángulo cumplió su objetivo mínimo en los niveles cercanos a los 49,000 puntos en agosto de 2016.
Mientras el IPC no pueda superar los 46,300-47,000 puntos, es posible que veamos en algún momento la parte baja del triángulo. Nuevamente esto es la zona de 39,700-37,000 para recién allí presentarse una gran oportunidad de compra para la Bolsa Mexicana. Si en cambio, el mercado puede superar 47,000-47,300 es posible que el movimiento post-triángulo que es final, aún se extienda en 2017 para realizar un techo épico arriba de los 50,000 puntos en un movimiento de distribución. Tarde o temprano, el mercado debería regresar a la base del triángulo para recién allí emerger una importante oportunidad de compra para la Bolsa Mexicana.
Estos son parámetros que esperamos para 2017 para México, que iremos ajustando tanto en conferencias, como reportes para clientes como por este mismo medio. Excelente año 2017 para todos nuestros lectores y un agradecimiento especial a todo el equipo de ExpansiónMX. ¡Gracias!
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