Nota del editor: Errol Louis es conductor de Inside City Hall, un programa político del canal de noticias neoyorquino NY1. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN) — El martes 13 de junio, mientras rendía testimonio ante la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense, el fiscal general Jeff Sessions hizo una declaración impactante. A pesar de los meses de caos por la intervención de Rusia en las elecciones estadounidenses, dijo que nunca le informaron ni pidió que le dieran un informe confidencial para estar al tanto de la amenaza que representan las fuerzas rusas.
"Tengo que decirle, senador King, que no sé más que lo que he leído en el periódico", dijo Sessions a Angus King, representante de Maine. "Nunca recibí un informe detallado sobre cómo se dio el hackeo ni cómo la información supuestamente influyó en la campaña".
Esa es una declaración increíble en vista de la magnitud y el alcance de la amenaza de Rusia a la democracia estadounidense. Ahora sabemos que los ataques cibernéticos contra los sistemas electorales estadounidenses fueron mucho más amplios y profundos de lo que se creía y que incluyeron hasta a 39 estados,
de Bloomberg News.El exdirector del FBI, James Comey, fue muy directo en su evaluación de la situación cuando rindió testimonio ante el Congreso recientemente.
"Estamos hablando de un gobierno extranjero que, a través de una intrusión técnica y muchos otros métodos, trató de moldear nuestra forma de pensar, de votar, de actuar. Eso es algo muy importante y la gente tiene que reconocerlo",
.
Comey
que los rusos interfirieron en las elecciones de 2016: "Lo hicieron con un propósito. Lo hicieron con sofisticación. Lo hicieron con esfuerzos técnicos asombrosos. También fue una campaña de medidas activas impulsada desde lo más alto de ese gobierno. No hay vuelta de hoja. Es lo más cierto que hay y es muy, muy grave".Esa amenaza en ciernes ya desató el caos en la Casa Blanca. Las reuniones secretas y las transacciones de negocios con los rusos (así como las declaraciones falsas sobre esas reuniones)
al general Michael Flynn su cargo de asesor de seguridad de Donald Trump.La Casa Blanca está efectivamente bajo asedio y lidia con las investigaciones de dos comisiones legislativas, así como con un fiscal independiente designado por el Departamento de Justicia. Donald Trump y otros altos funcionarios ya
.
Con todo este caos legal y político, se esperaría que el más alto funcionario de la administración de justicia mostrara al menos la curiosidad suficiente como para conseguir la información confiable más reciente acerca de esta gran amenaza a la democracia estadounidense.
Sin embargo, el testimonio de Sessions revela una desconcertante falta de acción (o de curiosidad) de parte de los funcionarios del gobierno de Trump que deberían estar organizando la defensa de los sistemas electorales estadounidenses ante los ataques del exterior.
Sessions, indignado por la insinuación de que se coludió con los rusos para influir en las elecciones de 2016,
es una "mentira detestable". Tiene todo el derecho de defender su reputación.
Pero no se puede permitir que los problemas de la Casa Blanca eclipsen la crisis de la intervención de una potencia hostil en las elecciones estadounidenses. Si Trump, Sessions y otros funcionarios de la Casa Blanca quieren acallar las acusaciones de colusión, deberían dedicar menos tiempo a evadir las preguntas del Congreso y más tiempo a trabajar con las juntas electorales estatales y locales para detectar y bloquear ataques cibernéticos futuros.
¿Qué rayos están esperando?